Un agradable aroma me calmó. Tenia los ojos cerrados, pero sabía de quien provenía. Él había dormido conmigo por primera vez. Tenía ganas de ver su rostro recién levantado. Aunque sabía que no haría muy buena cara despues de llorar tanto la noche anterior. Y el corazón me dolía sólo de ver lo mal que estaba, y lo mal que debía haberlo pasado durante todos estos años. Aún sin abrir los ojos, acaricié su cabello. Rodeé de nuevo su cabeza entre mis brazos y le di un beso. FInalmente abrí los ojos.
Me encontraba en una habitación desconocida. Era oscura y algunos pequeños rayos de sol se escabullían por unas cortinas rojas que llegaban al suelo. Unos muebles de madera oscura muy viejos daban un toque antiguo a la habitación. Pero enseguida, mis ojos se abrieron como naranjas al ver que Adrián no era quien se encontraba entre mis brazos. Se trataba de alguien desconocido. No podía ver su rostro, pero por su cabello podía saber que no era Adrián. Lentamente me alejé de él. Pero rápidamente él me abrazó con fuerza. Enseguida noté que los dos estabamos completamente desnudos y me quedé de piedra sin entender nada.
- No te vayas, por favor. Quiero estar así contigo por siempre.
Aquellas palabras hacieron que mi corazón doliera de lo fuerte que latía. ¿Quién era aquella persona? ¿Por qué estaba con él? Cerré de nuevo los ojos y traté de recordar algo. Enseguida noté como me acariciaban el cabello y de repente, me daban un beso en la frente. Abrí los ojos.
- Marnie, despierta creo que estabas teniendo una pesadilla.
Allí estaba el rostro de Adrián, mirándome con sus ojos aún más verdes con los primeros rayos de sol del día. Mi respiración estaba agitada. Había apretado unos de sus brazos tan fuerte que le quedaba la marca de mis dedos.
- Lo siento, he tenido un extraño sueño.
Intenté calmarme rápidamente, pero había sido tan real... Aún podía notar el tacto de aquella persona en mi piel y el calor que desprendía, como si acabara de estar con él. Enseguida revisé el pequeño detalle de la ropa. Levanté la manta y suspiré al ver que llevaba mi pijama, solo había sido el sueño.
- Tranquila, no era más que un sueño- dijo Adrián e hizo una pausa- Me ha alegrado bastante despertar junto a ti. No sé que habría hecho si no llegas a estar allí. Sin duda alguna no podría despertar felizmente como ahora.
- Me alegro de que estés mejor, y ya te lo digo siempre, cuando te pase algo no dudes en pedirme ayuda. Siempre es mejor tener a alguien que te abrace en los malos momentos que estar solo- dije mientras le acariciaba la mejilla.
- Tienes razón.
Enseguida miré la hora, eran las diez de la mañana. Era Sábado y mi madre ya estaba trabajando. Había tenido suerte de coincidir con la semana que dormía en casa de mi madre, porque convencer a mi padre de que un chico se quedara en casa habría sido aún más difícil.
- Bueno estamos solos así que si quieres vayamos a almorzar tranquilamente y puedes quedarte un rato más.
- Espera, quedémonos un rato más aquí- dijo con un puchero cogiéndome de la cintura entre sus brazos.
Le miré, suspiré resignada y sonreí.
- Esta bien...- dije mientras cogía su cabeza y la abrazaba.
- Sabes eres muy confíada, dejarme dormir aquí en tu cama y despues dejar que me quede por la mañana abrazado a ti... No soy un osito de peluche, ¿sabes?- me dijo sonriendo en un tono irónico.
- ¿A qué te refieres? Soy confíada porqué sé que no harás nada que yo no quiera.
De repente noté como subía su cuerpo hasta que nuestras caras quedaban a la misma altura y se acercaba a mi oreja.
- La pregunta és ¿que no quieres hacer?- susurró en mi oreja.
Mi cara se puso completamente roja y lo aparté de mi tan bruscamente que cayó de la cama. Miré para abajo y lo vi allí en el suelo, riendo.
- Lo siento- dijo entre risas- Pero deberías haber visto tu cara...
- Eres un tonto- respondí resignada. Enseguida noté que un brazo me cogía de la muñeca y me tiraba hacia el suelo, cayendo justo encima de Adrián. Nuestros rostros quedaron muy cerca el uno del otro y me dió un beso.
- Lo siento tenía que devolvértela.
Aunque él no lo notara. Sabía que estaba tratando de alegrar un poco el ambiente. Se levantó y me ofreció su mano. Poco despues fuimos los dos a la cocina a preparar algo de desayuno. No sentamos y hablamos sobre el colegio, las notas, algun que otro cotilleo... En resumen, no pusimos al día. Mientras comía una rebanada de pan con queso empezamos a hablar sobre el festival de primavera.
- ¿Ya lo tenéis todo listo?
- Más o menos. Pero aún queda, ¿no?- pregunté incrédula.
- Es la semana que viene.
Perfecto. Llevabamos un descontrol en mi clase increíble, tampoco me sorprendía tanto.
-------------------------------------------------------------------------
Este capítulo es bastante cortito. Aún y así, ahora que he acabado las clases podré actualizar más seguido, me alegro por ello. Estoy bastante motivada con la historia. Es extraño porque ya hace uno o casi dos años que empecé a escribirla, y aunque haya ido lentísima escribiendo por falta de tiempo, no he perdido nada de interés en escribir. ¡Espero seguir así hasta terminarla! Muchas gracias por leer y no olvides votar y comentar para que sepa si te ha gustado<3
ESTÁS LEYENDO
Déjà vu. Los ojos azul y verde.
RomanceMarnie es un chica de dieciséis años que decide ir al instituto Bellevue para cursar bachillerato, y tiene una característica poco común, el color de sus ojos. En ese año de instituto se enamora de Adrián, un chico con un corazón enorme. Pero una se...