Eran las 9:02 de la noche mama, mi hermana Sara, Raúl su novio y yo estábamos sentados cerca de un pequeño brasero, el clima estaba algo helado pero como nos gusta la noche nos sentamos afuera para tomar un delicioso mate dulce.
Vivimos en un pequeño pueblo llamado Monte Alto cercano a la ciudad de Santaní, estos lugares son de pocos habitantes ya que aún abundan las malezas y el bosque se encuentra solo a unos 200 metros. La poca gente que habitaba este pueblo éramos muy unidos ya que no somos muchos, volviendo a lo que contaba ese día estábamos tomando mate dulce bajo la luz de la noche hacia algo de frio pero el viento no soplaba estábamos esperando a mi hermano mayor Eusebio quien llegaría algo tarde y mi mama empezaba a preocuparse era martes y teníamos todos en mente que martes y viernes eran días santos como días de demonio y brujas.
Como de costumbre ya todos aguardaban la noche en sus respectivas casas pero ese día Eusebio salió temprano rumbo al campo él era un agricultor amante de la siembra de variadas verduras y vegetales, pero le tomó por sorpresa la oscuridad. Mama ya estaba algo preocupada no era bueno que llegue a horas muy tardes y así empezábamos una conversación inclinándonos a esos casos de terror que nos gustaba escuchar de mama.
-mama cuéntanos un poco más al respecto de los días santos- dijo Sara curiosa y al mismo tiempo con miedo abrazada ya al brazo de Raúl. Yo me acomode en mi silloncito y sorbiendo un poco de mate coloque mis manos entre mis piernas.
El bracero estaba en su punto más caliente pues el carbón quemaba de manera consistente dejando el momento más interesante.
Le serví a mama el mate y sorbió un poco para luego hablar del tema.
-en las épocas en que las que aún no teníamos luz y las casas estaban alejadas unas de otras los días santos eras respetados pues eran los días en que además de lo bueno el mal era el que más se presentaba, muchos jóvenes eran encontrados muertos por los caminos pero cuando se los encontraba no tenían rastros de violencia pero si un rostro de terror y una mirada perdida – volvió a sorber un poco de mate y suspirando regreso a su relato.
-un día el tío Juan salió a eso de las 11 de la noche disque a visitar a una quinceañera que tenía como novia por ahí, y cuando estaba caminando por esos senderos oscuros debía luego cruzar un pequeño puente para llegar a casa de su amada niña, cuando de repente escucho unos gritos rasgados primero a lo lejos disque le parecían primero a llantos de algún gato en celo pero mientras más se acercaba fue escuchando que aquel llanto eran más desgarradores como si viajara con el viento ese tu tío juan empezó a tiritar de miedo y no pudo en el momento mover un solo musculo-
Allí Sara la interrumpió -pero tío juan se salvó de aquel momento mama?-
Mama dio la vuelta hacia ella y le dijo –me dejas terminar o continuas tu-.
-solo sostuvo su respiración- continuo mama –pero cuando noto que si no corría iría a tener la peor experiencia en su vida, el tío Juan empezó a mover las piernas y corrió lo más que pudo pero aquel grito mezclado con un llanto tétrico lo persiguió, y mientras corría hacia el puentecito dio vuelta a mirar y llego a fijarse que el viento, levantaba las hojas secas de los árboles del suelo formando un rostro aterrador de una mujer con los ojos vacíos y la boca bien abierta tu tío paso arrastrándose aquel puente mientras las hojas se volvieron un remolino que se dirigía a él, el grito fue inaguantable para sus oídos que lo volvió a levantar del suelo y con el corazón en la mano corrió lo más que pudo hasta llegar a la casa de su novia-.
Mama me pidió otro mate y se lo pase, sorbió y quedo callada, yo curiosa le pregunte lo que paso después y solo dijo.
-el tío juan cuenta que al pasar el puente aquella cosa no pudo hacer lo mismo el grito y el remolino de hojas no pudieron pasar el puente ya que el agua corre y para lo maldito agua que corre es bendita y pura pero dice el que si no hubiera sido por su supuesta valentía aquello lo hubiera devorado, lo que si digo es que durmió en la sala de la casa de su novia esa noche-
-mama y que pudo haber sido aquello- dijo pensativa Sara y Raúl que le acariciaba el pelo solo suspiro.
-pues era una bruja o un alma en pena esos que no descansan hija, como el malavision o algún ente maligno más, solo les digo que en estos días existe de todo y hay que respetar-
Mama termino de decir aquello cuando sin darnos cuenta Eusebio se lanzó a saludar. Todos suspiramos de tranquilidad de que hubiera llegado salvo.
Y mama dijo por ultimo- lo bueno existe y son las que te protegen, pero la maldad en el mundo es muy fuerte y siempre busca a los que buscan el bien.
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Historias Reales 2
HorrorHISTORIAS QUE TE COLOCARAN LOS PELOS DE PUNTA.. Esta vez las hago yo! (Alii) pues va a ser la primera vez que hago uno de estos ojala me vaya bien xD