La decisión de Carmen

961 10 3
                                    

Esta historia yo no la escribí,  es de un amigo, el me ha dado permiso de publicarla.

Habrá quienes se identifiquen con la protagonista

****

                           1

Carmen sonrió feliz, era una sonrisa en la que se mezclaba la alegría y el alivio de terminar por fin el instituto.

Lo había logrado con un año de retraso, pero aun así se sentía feliz. Por fin podría presentarse a los exámenes de selectividad y tratar de lograr una buena nota para aspirar a un buen trabajo en el futuro.

Regresó del instituto sola, Carmen no tenía ninguna amiga, la única amiga que tenía se había marchado el año anterior a estudiar en el extranjero y después de un par de meses tratando de mantener el contacto con ella, ambas lo dejaron por imposible. Laura, que era como se llamaba, tenía mucho que estudiar y Carmen también, después de unos suspensos al inicio del curso también tuvo que redoblar esfuerzos.

Pero todo aquello ya estaba pasado y estaba exultante ya no volvería a ver a los compañeros que se metían con ella por repetir curso o por la forma en la que vestía, bastante mas humilde que la media, debido a la situación económica de sus padres, su madre se había quedado hacía ya dos años sin empleo y con el sueldo de su padre tampoco llegaban muy holgados a final de mes.

En su casa su madre la esperaba preparando la comida para ella, su padre su hermana y sus dos hermanos. Pero lo dejó todo cuando vio a su hija y esta le contó eufórica sus excelentes notas. La mujer, que era algo más bajita que ella la dio un fuerte abrazo y la felicitó por su éxito.        

-Es magnifico cariño- dijo la mujer soltándola un poco para que su hija pudiese soltar su mochila- te lo mereces, te has esforzado mucho durante todo el curso.

- Gracias mamá, me voy a dar una ducha- anunció- necesito relajarme un poco.       

-Sí, pero no te relajes mucho que aún queda la selectividad- le recordó y Carmen sonrió estaba deseando llegar al examen.

Carmen preparó su ropa de estar por casa, un chándal de color azul.

Se  desnudó rápidamente, pero se detuvo antes de meterse a la ducha, siempre se quedaba mirando un poco su cuerpo, pese a que no la agradaba demasiado, consideraba que sus pechos eran pequeño y tenia el culo un poco más gordo de lo que deseaba, aunque su madre siempre la decía que estaba bien, Carmen estaba convencida de que la sobraba algún kilo. Otra cosa que también la desagradaba era la claridad de su piel, sobretodo en su pubis que estaba totalmente depilado, no la gustaba tener la sensación de tener pelos en aquella zona tan íntima y también tenía los pechos muy claros en los que destacaban unos grades pezones rosados. Era normal que no estuviese demasiado bronceada en aquellas zonas ya que casi nunca dejaba que la luz del sol los alcanzase.Aparte de aquellos defectos que ocultaba tras su ropa había otros que eran imposibles de ocultar, como su nariz puntiaguda, por la cual se había llevado más de una burla durante el último curso aunque gracias a ella pasaban inadvertidos otros defectos que ella también veía, como su pelo, que tenía la manía de encresparse y sus labios que era demasiado finos para su gusto.Finalmente se metió bajo la ducha después de mirarse por última vez, cubriendo con un brazo sus pechos y con su otra mano su sexo, para acabar sonriendo un poco, sus dientes era la única parte de su cuerpo que la gustaba, tenía una salud dental envidiable.

Sentir el agua tibia cayendo por su cuerpo era una gozada, y su cuerpo reaccionó al instante aumentado la dureza de sus pezones y sintiendo un cosquilleo en su entrepierna a la que rápidamente llevó su mano derecha para aliviarlo, tenía la costumbre de masturbarse en la ducha, era el único lugar en el que gozaba de intimidad, compartía habitación con su hermana que tenía dos años menos que ella y pese a que sabía que ella también debía de hacerlo, nunca se habían pillado la una a la otra.

La decisión de CarmenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora