Los Ángeles, California.
Capítulo 21: Noah.
Sabor a menta.
—Como queráis —habló Peter algo serio mientras salía chocando el hombro con Dave.
—¿Qué te pasa? —preguntó frunciendo el ceño.
—No, nada —sacudí la cabeza. Era bastante extraño no ver como se descontrola, o insultándome o golpeando a alguien.
—¿Cómo te encuentras? ¿Te duele algo? —preguntó curioso mientras se acercaba a la cama y se sentaba a mi lado, en el contrario de dónde estaba Peter.
—Bien, aunque siento que toda una manada de... —me pensé decir «chuchos» o «perros sarnosos»—... rinocerontes.
—¿Algo que te alivie? ¿Tal vez..? No sé —se rascó la nuca, nervioso— ¿Chocolates? ¿Rosas o helado?
—¿Qué te pasa? —le repetí su pregunta.
—¿A mí? —asentí, observándole extrañada— Nada.
—Estás raro —le confesé lo que me pasaba— ¿A qué viene este cambio de actitud?
—Supongo que a ti —se mordió el labio levemente, pensativo, luego lo soltó y se removió a mi lado— He estado hablando con Alice.
—Lo sé —me miró algo sorprendido— Me lo dijo Pet.
Su rostro cambió a uno algo irritado y molesto.
—Así que Pet —habló refiriendose al diminutivo que le había puesto.
—Ya decía yo —sonreí con ironía. Dave no podía cambiar tan rápido.
—¿Qué? No he dicho nada malo —se encogió de hombros— Solo... me ha...
—No me gusta Peter —volví a decirle normal. Ahora no estaba como para aguantar sus enfados de psicópata— No me interesa nadie.
—¿Ni yo? —preguntó sonriendo levantando una ceja.
—Ni tú —respondí segura— Bueno, cuéntame ¿De qué has hablado con Alice?
—Que controladora —me provocó.
—¿Hablas en serio? —pregunté sonriendo divertida— En ser controlador ganas tú.
—Esta bien, esta bien —alzó sus manos en señal de paz— Estuve hablando de hacer una fiesta hoy en la noche. Ya sabes, por tu cumple.
—No me gusta celebrar mi cumpleaños —mande una indirecta— No es acto de celebración.
—Pero cumples 17 años ¿no estás alegre? —preguntó extrañado. Me quedé callada, pensando en cómo explicarle sin tener que contarle todo— ¿O es por mí?
Wo. Eso no me lo esperaba.
—¿Por ti ? —pregunté ladeando la cabeza— No es por eso, Dave. A mí me da igual con quién esté, no me gusta celebrar mi cumpleaños.
—¿Porque? —preguntó extrañado.
—Cosas mías. No te preocupes —me encogí de hombros— ¿Sabes lo que podrías hacer a cambio?
—Lo que quieras —sonrió.
—Dejarme ver a Jackson —hablé esperanzada.
Su rostro se descompuso, pero enseguida se repuso poniendo una mueca molesta.
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LO SIENTO, ERES MÍA.
Werewolf-¿Porque no me mirás a los ojos? -preguntó con un tono burlón. -Porque no le veo nada de interesante a tu ser -respondí simple. -Deja de estar a la defensiva, Noah -pidió con voz más suave- Hemos venido a hablar de nosotros aquí. -¿«Hemos»? ¿«Nosotr...