Capítulo 16 «Si te hubieras dejado llevar»

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 Los Ángeles, California.

Capítulo 16: Noah.

Si te hubieras dejado llevar. 


—Tiene una fractura distal del radio desplazada —todos fruncimos el ceño— En otras palabras, se le ha roto el radio.

Suspiré. Observé a todos, Blake permanecía de brazos cruzados mirando al doctor con una mueca rara, Peter estaba sentado frente al doctor por lo que no podía ver su expresión y por último, y menos importante, el psicópata permanecía en la esquina de la camilla, observándome con el ceño fruncido y con una especie de culpa. Parecía preocupado, pero claro, solo parecía. Aunque así había estado desde que se levantó de la cama, al ver lo que me había hecho. Lance no había podido venir con nosotros porque tenía que entrenar a los cachorros porque al parecer era su entrenador.

—¿Qué significa que esté desplazada? —preguntó Peter.

—Que, como ya le hicieron, debe ser colocada en su lugar ya que al hacerse la lesión se desplazó, de ahí que le pusieran una escayola —informó el doctor mirándome. — Podría haber sido peor, podría haber sido una fractura inestable, que eso conlleva a una operación. Aunque si le soy sincero no soy muy especializado en humanos.

—Esta bien, bueno, como ya tenemos las recetas y todo eso... nos vamos —dijo Peter levantándose— Nos vemos, doc.

Peter le dió la mano y se marchó con la lista de recetas, Blake imitó su acto y espere a que Dave hiciera lo mismo pero solo me miraba. Me encaminé hacia el doctor y le estreché la mano para después salir.

—¿Y Dave? —preguntó Peter serio.

—Se quedó con el doctor —me encogí de hombros.

—Mientras, vamos nosotros, Peter tu quédate aquí —dijo Blake guiándome por el pasillo dejando a Peter atrás— Noah Alissa, yo...

—Noah —le corregí y él asintió.

—Noah ¿Dave trató de abusar de ti?

Abrí los ojos sorprendida.

—No —respondí seria mientras nos dirigíamos al ascensor. Nos metimos en él y nos quedamos callados mientras él pulsaba el botón del aparcamiento— He escuchado por los pasillos que Dave es un mujeriego.

Blake, en ese instante, se giró a verme. Abrió la boca para decir algo mientras las puertas del ascensor se cerraban pero, entonces, unas manos se pusieron en las puertas de este y estas se abrieron dejando a ver a Peter, unas chicas desconocidas y Dave.

—...sí —habló una de las chicas mientras miraba a Blake y después rió coquetamente.

Levanté una ceja. La otra chica miraba a Dave mientras disimuladamente se bajaba un poco la camiseta escotada para que se dejasen más a la vistas sus pechos.

—Hola, cariño —le hablo la pelinegra a Dave.

Este le sonrió seductoramente.

—Hola, hermosa —le correspondió Dave con voz ronca.

—¿Que tal si tu y yo vamos a tomar algo? —le preguntó la chica apoyándose levemente en el pecho de Dave.

—No les hagas caso. Son las típicas lobas que se regalan —murmuró Blake hablándome al oído— Ya te digo que algunas parecen perras en celo.

—Y vosotros saciáis ,como todo caballeros que sois, a las perras ¿no? —pregunté divertida en su oído, con una sonrrisa.

—Disculpa, guapo —habló la chica de antes— Me preguntaba si...

LO SIENTO, ERES MÍA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora