Capítulo 42: «UN RECUERDO RELATADO»

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Santa Bárbara, California.

Capítulo 42: Dave.

«UN RECUERDO RELATADO»


—¡Ay, Diosa Luna! —gruñí mientras ella lamía mi abdomen hasta llegar hacia mis pantalones que los desabrochó sin problema y así también pues, bajó los bóxer y llegó hasta la base.

Su lengua acarició la base de mi miembro para después comenzar a recorrer el largo hasta la punta brotada y palpitante ¡Dios! Notaba la sangre caliente recorriendo entero mi miembro, lo notaba palpitante y erecto. Notaba que temblaba del placer por su lengua caída acariciando mi prepucio mientras sus manos tocaban mis huevos hinchados y punzantes.

Entonces, sentí cómo auto penetró la boca con mi miembro poco a poco, humedeciendolo y haciéndome sentir en la gloria. Agarré su cabello rubio oscuro y eché la cabeza hacia atrás mientras la guiaba en el ritmo ¡Diosa Luna! Cómo me ponía escuchar su boca produciendo sonidos por la saliva que salía, además de sus gemidos.

Cuando me sentí vibrar, agarré con fuerza su cabello y exactamente, cuando sentí que me iba a correr, solté su cabello.

—Me voy a... correr —avisé, pero ella empezó a mastubar mi miembro con sus pequeñas manos mientras su boca chupaba la otra mitad de mi miembro— ¡Joder!

Noté como se movió y cuando me incliné para verla, observé cómo se limpiaba la comisura de su boca con un papel mientras me miraba. Sonreí y cuando ella me ofreció el papel, lo cogí y me limpié mientras estabilizaba mi respiración.

—Estoy cansada —comentó y sonreí de nuevo.

—Gracias, mi reina —dije y robé sus manos para cogerlas y besarlas, el olor de jabón vino a mis fosas nasales y me alejé un poco— ¿Continuamos esto en el hotel?

Noah bajó un poco la cabeza, mirando sus manos para después tomar una respiración y levantar la cabeza para verme a los ojos.

—No estoy preparada —contestó y observé una pequeña mueca de tristeza que sentí cómo se clavaba en mi mente.

—¿Puedo preguntarte qué es eso qué te afecta por las noches tanto como para que te despiertes llorando? —pregunté, todavía, tomando sus manos.

Su mirada se volvió a perder en la taciturna de la noche y suspiró.

—No estoy preparada —volvió a decir y negué con la cabeza.

—Si no hablas con nadie de eso no estarás preparada nunca —me aproxime a su cuerpo— Cuéntame, Noah. Yo no te voy a juzgar ni a nada.

Observé cómo le tembló el labio y asintió.

—Yo... —se le partió la voz y sentí mi corazón quebrarse— Bueno, mi mamá y mi papá eran pareja y tuvieron a mi hermano Jack primero, después empezaron a tener problemas cuando se enteraron de mi existencia —explicó y me tensé— Mi padre se marchó de casa cuando yo tenía un mes de nacida y mi madre me culpó de eso.

Su madre era realmente estúpida ¿Cómo podía culpar al fruto de vientre del abandono de un hombre? ¿Por un hombre maltrataba psicológicamente a su hija?

—Pero...

—Mi mamá comenzó a golpearme —soltó y me sentí congelado.

—¿Hablas en serio?—pregunté.

—Por favor no me interrumpas —pidió y apreté la mandíbula para después asentir— Ella me culpó del abandono de mi padre y bueno, Jackson me protegía a veces, pero... —se encogió de hombros— Mi mamá se casó con un hombre, Henry.

»» Cuando tenía, más o menos, los doce años, me quedé sola con él —su labio tembló— estaba en la cocina haciendo la comida para todos porque ese era mi deber, si no, mi mamá me castigaba.

»» Recuerdo que estaba haciendo un guisado —observé cómo sus ojos se empaparon— Y decidí comerme un chocolate, mi mamá no me dejaba pero como ella no estaba y Henry me ignoraba siempre. Él apareció de la nada y comenzó a hablarme simpático, me pidió un trozo de la tableta y terminó diciendo que yo era tan dulce como el chocolate.

»»Se acercó a mí y él comenzó a acariciar una herida que me había dejado mi mamá con el cinturón, después besó la herida. Yo intenté alejarme pero él me agarró fuerte...

—No —repliqué con los ojos llorosos y apretando con fuerza mis puños— No, Noah.

Noah cambió de posición y me dió la espalda pero notaba como su espalda temblaba y se zarandeaba debido a que sollozaba y lloraba. Me quedé petrificado observándola, no lo podía creer.

—Él...

—¿Te violo? —se quedó callada— ¿Abusó ese maldito hijo de puta de ti, mi Luna?

—No —respondió y me limpie las lágrimas— No llegó a ese punto.

—¿Hasta qué punto llegó? —pregunté.

—No llegó a... —dejó la frase en el aire.

—¡Igual lo voy a matar! —gruñí y me acerqué a Noah para abrazarla con fuerza, para olerla y sentirla— Te prometo que ese hijo de puta no te volverá a tocar.

—Te quiero, Dave —susurró mientras su pequeño cuerpo se estremecía entre mis brazos.

—Yo a ti te amo, mi pequeño amor —dije acariciando su cabello.

Prometo matar y despellejar a ese hijo de su reputisima madre, por Noah. Ella no se merecía eso. Ninguna mujer o niña se merece eso ¡Maldito cabrón!

LO SIENTO, ERES MÍA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora