26- ¡Corre!

420 25 6
                                    

-¿Marta?- pregunte esperando respuesta. Marta me miro y luego guardo su celular.

-Pues, Nina la llamo y no... quiso saber mas, como que no le creyó lo que hiciste y tampoco me aseguro que fuera a ver el video.

-Averiguame en donde viven sus padres.

-Dul, Nina, me acaba de decir que se va para París.

-¡¿Que?!- me encontraba comiendo un pedazo de pan pero este mismo cayó al suelo- ¡Eso, no puede ser posible!.

-¡Ve a frenarla!- grita Marta golpeando mi cabeza.

-¡Auch!, ¿porque se ira?.

-Tienes que ir al aeropuerto.

-¿Pero como sabre a cual?- pregunté confusa.

-Dulce, primero que todo Anahí me contó una vez, que sus padres no vivían muy lejos, así es obvio que el aeropuerto sera el que está unas dos horas, ¡debes salir ahora!, se habrá ido para cuando sean las ocho.

Mi corazón latía brutalmente por miedo a que la persona que amo se suba a un avión y se aleje aun mas de mi. Mi cuerpo temblaba a causa de esa sensación, mis nervios eran notorios. Marta me miraba caminar como león enjaulado en mi penthouse.

-¡Salimos ya!- me grita Marta- Estás muy nerviosa y así no puedes manejar, yo te llevaré.

-¡Vayanse ya!- grita Zoraida desde el sofá de mi sala- ¡No esperen!, ¿creen que me perderé esto?.

Corremos las tres hacia el auto rojo de Marta, me subo al lado del copiloto y emprendemos el viaje.

-Apurate lo mas que puedas por favor, son las cuatro, necesito llegar antes que ella- mi voz temblaba, al igual que mi cuerpo. Marta asiente y acelera con velocidad hacia las calles principales. Muchos autos se quejaron por como se adentro en la avenida. Me sentía en una película de acción, escapando de la policía. 

Cuando en realidad estoy corriendo para frenar a Anahí, a mi otra mitad. Subo mis piernas al asiento, las abrazo y hundo mi cabeza en mis brazos. Estaba rogándole al Dios que esa arriba que por favor no esté siendo demasiado tarde, por favor... por favor.

El tráfico está tranquilo, pero aun así nos impedía el paso rápido.

-¡Ay por favor!- grita Zoraida, desde atrás. Se abalanza hacia adelante y toma el volante entre sus manos haciendo girar el auto hacia la derecha, evitando el paso lento para pasar al paso rápido.

-¡Zoraida!- se queja Marta, tras oír las maldiciones de los otros autos.

De Pronto Zoraida se sale por la ventana como una loca, llamando la atención de todos los demás autos.

- ¡¿Conocen a Dulce María?!, ¡ la cantante!, ¡el amor de su vida se va subir a un avión!, ¡Que les den a ustedes!- Zoraida les grita a los demás con la mitad del cuerpo afuera de la ventanilla- Tranquila, Dul, llegaremos o te subo a un avión rumbo a París- me toca el hombro para tranquilizarme. Pero mis nervios no se calman ni un segundo.

Después de dos horas de viaje llegamos al aeropuerto y luego de aparcar nos bajamos. Mi corazón se acelera mas al ver la cantidad de gente que había, me ponía mas nerviosa aun sabiendo que ando sin mis gorilas, y a cada paso que doy, todo tipo de persona me detiene el paso para pedir una foto o un autógrafo.

Los ruidos que causaban sus voces, sus pasos,a mi al rededor me estaban haciendo perder la paciencia.

-¡Por Dios, den campo!- les grita Marta.

-¡Lo siento, no tengo tiempo de firmar nada!- les grité esta vez yo, metiéndome entre la gente para tomar espacio y salí corriendo con las chicas.

¿Y si nunca te hubiera conocido?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora