11- Familia

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Mi vida a sido entre escenarios, sets de grabación, desde muy pequeña lo que he hecho es trabajar duro y sin parar. No es hasta este momento que me doy cuenta que no he tenido un descanso probablemente hasta ahora.

Pase de no dormir a dormir por horas, de no comer cientos de cosas a comer cualquier porquería grasienta que encuentre. Maldición, tenía años de no comer una jodida hamburguesa con papas fritas, más una bebida gaseosa que la acompañe.

Estoy disfrutando de todos los placeres de la vida, de los cuales me tenía que apartar. Puedo decir que no podía comer absolutamente nada para no perder mi figura, y sigue siendo igual, solo que es imposible no caer en las tentaciones cuando no está tu representante, o los que trabajan contigo diciéndote todo el día que debo lucir sexy siempre.

-Amor, ¿porque miras a la hamburguesa así?- Anahí comenzó a reír. Probablemente burlándose del encuentro romántico que manteníamos mi grasienta hamburguesa y yo.

-¡¿Puedes creer lo jodidamente feliz que estoy de verla frente a mi?!- Anahí seguía riendo a carcajadas, mientras yo tomaba dicho alimento con las manos- ¡Ven con mami!- le hable a la hamburguesa.

-Es solo una hamburguesa.

-Oh, por Dios- dije hablando con la boca llena y con los ojos cerrados al sentir ese maldito sabor a gloria en mi boca- No se si ya te había conocido antes, pero te amo- le hable nuevamente al alimento mientras lo colocaba en el plato- ¡Oh una papa!- sonreí feliz llevando la papa a mi boca, pero al observar a Anahí ella me miraba con una sonrisa y con una ceja arqueada- ¿Que?.

-Creo que salir a comer hamburguesas contigo no es tan divertido después de todo- comienza a reír nuevamente- A un así es adorable verte feliz.

Estábamos en un restaurante de comida chatarra, donde cada una de las personas que se encontraban presentes no me quitaban los ojos de encima. Estaba acostumbrada a esto, pero Anahí los miraba con el ceño fruncido mientras movía el coche donde se encontraba Noah durmiendo.

-Hola, Dulce María- estaba apunto de llevar una papa a mi boca, cuando una mujer alta, delgada, pelirroja y de ojos cafés se acerco a mi- ¿Te tomarías una foto conmigo?- me sonríe de medio lado.

-¡Claro!- exclame poniéndome de pie omitiendo el rostro de molestia de Anahí.

-¡No puedo creer que estés frente a mi!- le sonreí al verla saltar emocionada, lleve una de mis manos a la cabeza esperando a que la chica dejara de hacer drama- Lo siento- se disculpo sacando el celular de su bolsillo. Nos acercamos un poco, medio que sonreí a la cámara delantera de su celular, mientras que ella lo hacía de oreja a oreja.

-Hola, Anahí- seguido de la foto saludo a Any, quien levanto su mano para de esa forma devolver el saludo de la chica- No quiero ser atrevida, ¿pero puedo ver a la bebé?- pregunto observándonos a ambas.

-Lo siento, pero ya nos tenemos que ir... - le dije tomando mis cosas.

-¡Oh!- ignore de forma olímpica a la chica, ayudando a Anahí a salir de su lugar. Para cuando voltee, ya ella no estaba allí de pie.

Habíamos decidido mejor salir del restaurante, o más bien lo había decidido yo, ya que estaba lleno de gente, y más de una vez nos dimos cuenta que nos sacaban fotos. La situación me molestaba un poco, ya que mi salida era en plan familiar, no quería ser captada por las malditas cámaras. Debía de salir de esté lugar antes de que las afueras se llenaran de paparazzi y reporteros.

Pero demasiado tarde para mi deducción, cuando llegamos a la salida me encontré con miles de flash segadores frente a las puertas de vidrio del lugar.

-¿Mi amor, como saldremos?- pregunto Anahí preocupada.

-Tranquila- respire profundo y me agache frente al coche para cargar a Noah, le coloque una pequeña manta en la cabeza y miré a Anahí- Dame la mano.

¿Y si nunca te hubiera conocido?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora