14-Lágrimas

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Nunca había experimentado en carne propia lo que podía producir el sentir perdido el amor de Dulce, el amor en general de alguien a quien amas. Me encontraba en la nada, no sabía dónde estaba, ni siquiera sabía cómo me movilizaba de un lugar a otro.

El dolor penetraba tanto mis huesos, cada parte de mi dolía a gran escala, quizás aún no podía creer lo que estaba pasando con ella, con todo en general.

La gente hablaba, caminaba, todos de un lugar a otro y yo simplemente permanecía sentada aquí, en una silla del hospital sin saber absolutamente nada de Dulce, si la pierdo, probablemente me pierda a mi misma también.

-¡Anahí!- alce la cabeza cuando escuche mi nombre. Los padres de Dulce, y Sophie corrían hacia mí con lágrimas en los ojos- ¿Como esta mi hija?- me preguntó mi suegra completamente desesperada.

-No, no... se- respondí pausadamente.

-¡¿Como no vas a saber eres su esposa, no?!- ella me miro mal y negó con la cabeza desaprobando mi ignorancia con respecto a Dulce.

-¡Mamá tranquilízate!, Anahí no tiene la culpa que Dulce, este mal- Sophie la abraza en un intento de tranquilizarla pero la señora no hacía más que llorar.

Me encontraba en ese letargo en el que todavía no asimilaba lo que estaba pasando, no sabía como reaccionar a esto, no sabía si gritar, llorar, maldecir, maldecirme. Después del restaurante completamente destrozada y bañada en lágrimas, Marty me trajo al hospital, donde llegue como loca preguntando por mi hija Noah, y por la salud de Dulce.

A la bebé, se la llevaron para hacerle unos estudios para descartar cualquier problema, ya que la única sangre que hallaron en ella fue la derramada por, Dulce.

-Anahí Puente- levante nuevamente la cabeza. Una adorable enfermera se acercó cargando a Noah en sus brazos, quien venía completamente dormida- Está completamente bien de salud, por la niña no te preocupes, no tiene ningun golpe, esta en perfecto estado.

-Muchas gracias, enfermera- tome a Noah en mis brazos, y sentí como que una parte de mi alma tomaba vida- ¿Como está, Dulce?, no me han querido decir nada, por favor, me estoy muriendo de la angustia.

-No estoy autorizada para dar información de la paciente a nadie, pero veo la angustia en tus ojos, y además eres la esposa- suspira y se dirige a mis padres- Acérquense- les dice y todos nos colocamos muy juntos para escuchar lo que tenía que decir- Tienen que ser muy pacientes y muy fuertes, en este momento están tratando de despertarla es lo único que puedo decir, en una hora el doctor Felipe, estará dando las noticias.

-Gracias- respondimos todos al unísono.

Las afueras del hospital estaba inundado de gente, reporteros, paparazzis, fans llorando, todo se había convertido en un caos. Mis piernas temblaban, al igual que todo mi cuerpo, puro dolor era lo único que habitaba en mi alma, sentía como que me arrancaban una parte de mi, sentía como me arrebataron la vida, de apoco.

Un dolor tan grande, tan infinito como nunca antes había sentido, la sentía perdida, la sentía lejos de mi. Y esta vez si me caigo, no estará ella para levantarme de nuevo, ¿porque cuando estamos felices, siempre algo tiene que pasar?.

Tengo miedo, tengo miedo a perderla, tengo miedo a que un día no esté más, miedo, tengo miedo, mis palabras se enmudecen porque siento que con cada palabra te vas. 

Miedo, miedo en lo más profundo, en lo más escondido del alma, y lo que más se ve de mi exterior. Tengo miedo a tu ausencia, miedo cuando a mi lado no estás... tengo miedo, con tanto dolor que un día ya no estes junto a mi, a quedar sola, agonizando, tengo miedo a la oscuridad y a la soledad.

¿Y si nunca te hubiera conocido?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora