Siempre me ha inquietado la forma en la que se relacionan las personas. Muchos no se percatan sobre la manera mágica en la que encuentran sus compañeros o amigos. Las relaciones empiezan sin mucho esfuerzo porque el universo parece alinearse para que sean amigos. Supongo que es algo bueno, que alguien te ayude en ese tema. Sin embargo, no estoy interesada en que el destino determine con quien debo estar y mucho menos que sea igual a mi. Prefiero la diversidad, y por diversidad quiero decir, personas que no son como la sociedad quiere que sean.
Un claro ejemplo es mi amigo Michael. Su familia es un desastre, tiene dos hermanas mellizas que tienen la reputación más baja de la escuela. Él por su parte, tiene el rostro más angelical que haya visto en mi vida y un cuerpo de infarto. Esas son sus buenas cualidades, ya que si me pongo a enumerar las malas, tendría que usar un cuaderno más grande. El principal y que más problemas le ha dado es la droga. No estoy segura de que tipo consume, pero lo deja en un estado tal, que a veces tengo que llevarlo a rastras hasta un sitio en que lo dejen quedarse a dormir. Su segundo defecto es que es mujeriego. Pasa de chica en chica como si fuera un deporte y lo peor, es que muchas lo buscan a él específicamente a pesar que saben su historia. Es como un imán para las desesperadas o las que tienen baja autoestima. Michael ha intentado cortejarme en el pasado. Supongo que al negarme lo hizo comprender que siempre podríamos ser buenos amigos y ya. Aunque no puedo confiarme, él es capaz de cualquier cosa. El tercer defecto: irresponsabilidad. Le importa poco sus deberes o lo que alguien le pida que haga. Tiene la típica respuesta grosera y displicente si osan enfrentarlo.
Mi amiga Maira es mi confidente. Es buena escuchando pero muy mala para hablar. No participa en ninguna actividad física si no es obligada y nunca se le ha escuchado la voz en un salón de clases.
Lo gracioso es que no somos relegados. Tenemos encanto para las masas estudiantiles. No puedo entender la razón. Quizás es por Michael, quien es el alma de la fiesta y de una u otra manera, el que las arruina. Hay otros conocidos a los cuales no los considero parte del grupo pero que intentan pertenecer: Elena que es la chismosa del barrio; nadie sabe algo antes que ella. Ricardo, el traficante de tareas; supongo que ya ha hecho una fortuna a costa de sus propios compañeros y Steven, el chico estrella de fútbol pero bruto para todas las materias. Creo que no va ganando ni ética, que sólo tienes que escuchar y hacer unos escritos que reflejen lo aprendido.
Y por último yo. Describirme a mi misma es un poco más difícil que a ellos. Tendría que empezar por mi nombre, el cual tiene una historia graciosa. El borracho médico de mis padres anunció que tendrían un varón, por lo tanto, pintaron mi habitación de azul y la decoraron con un tema deportivo. No quiero decir que eso no sirva para las niñas o que las mujeres no juguemos con pelotas, pero supongo que cuando mi madre dio a luz y el obstetra dijo que era una niña, la sorpresa y decepción de mi padre hizo que no volviera a pensar en hijos. Además del cuarto, ellos ya tenían un nombre escogido: Antony; ya que a mi madre le encantaba el nombre de mi padre y sólo hizo una pequeña variación para no tener dos Antonios en casa. Así que, para no tener que empezar todo otra vez, y por la premura de llamarme de alguna manera, cambiaron el Antony por Antonia.
Tal vez al no tener hermanos crecí tratando de alejar a las personas o es posible que fuera por sentirme rechazada en el mismo momento de mi nacimiento. No lo sé. El asunto es, que a pesar de que mis amigos son de personalidades tan diferentes, parece que soy yo quien tiene el poder de mantenerlos unidos. Es la familia que he encontrado. La familia que he escogido.
ESTÁS LEYENDO
Mala compañía
Teen FictionAntonia Nieto tiene un lema en la vida y es ser diferente a los demás. No le gusta ser dominada, ni seguir los estándares que la sociedad quiere aplicarle a los jóvenes. Sus amistades son singulares; uno drogadicto, otra demasiado chismosa, uno que...