Estas vacaciones han sido particularmente aburridas. Ya no tengo a Elena que llenaba los vacíos de la conversación con anécdotas de cualquier conocido, ni a Steven que le encantaba llevarnos a ver cualquier deporte, y por cualquiera quiero decir hasta el más desconocido. Una vez nos llevó a ver algo que le llamaban Tejo. No es entretenido, consiste en tirar un tejo a una pequeña montaña de tierra que contiene pequeños explosivos que suenan si el jugador acierta. Me aburrí hasta morir pero Steven estaba emocionado.
También extraño a Maira, ella está pendiente de mí pero no puede verme. Su madre necesita mucha ayuda ahora que su hermano pequeño no tiene que ir al jardín de niños y ella tiene que trabajar. Así que mi amiga se convierte en la ama de casa/niñera. Nunca le había dado las gracias a mis padres por no haberme dado hermanos. Aunque si tuviera un hermano, por lo menos tendría alguien a quien gritarle y no estar sola. La casa estaba quieta, no se oía ni un sólo movimiento y yo quería desaparecer. Se supone que en vacaciones, teniendo diecisiete años debería estarme divirtiendo. Ir a pasear con amigos, tomar cerveza hasta reír por cualquier estupidez, bailar, ir a la playa. Cualquier cosa. Pero no. Estoy confinada por no tener con quien salir gracias a mi estúpida actitud de los últimos meses.
Michael no me había hablado en días. Estaba muy ocupado con las clases de recuperación y convenciendo a Milly que la amaba a ella. ¡Cuánto la envidiaba en este momento! Necesitaba la atención de alguien.
¡Sal tu sola! Eres una mujer independiente y fuerte. No necesita a nadie que te lleve.
Me levanto de la cama decidida. ¿Qué puede salir mal? Necesito un respiro. Caminar por algún sitio, conocer a alguien y tal vez convencerlo de acompañarme.
Hmmm para eso necesitaría verme bonita.
No es que me considere fea, no. Pero me veo diferente a las chicas a las que un chico le hablaría con intensión de conquistarla. Rebusco en mi armario por algo que no esté roto, no sea negro y tenga un largo decente.
Cuando finalmente salgo el sol se empieza a ocultar. No tengo un plan a seguir ni siquiera un sitio al que ir. Pero como ya es tarde y necesito comer algo, decido que un pub es la mejor opción. Preparo mi identificación falsa, camino con confianza y entro por la puerta. Quien me abre me mira por dos largos segundos pero decide que ya tengo edad para beber sin revisar. Me acomodo en la barra porque no quiero parecer aburrida en una mesa, o que alguien piense que espero a otra persona. Ya tengo suficiente con estar haciendo esto por mi cuenta.
El chico de la barra me mira con brillo en los ojos, le pido un vodka con jugo de naranja —porque necesito ir despacio. El lugar aún está vacío, sólo hay una pareja en el fondo y un grupo de hombres treintañeros al otro extremo de la barra. Uno de ellos es simpático, ojos oscuros y cabello corto y perfectamente alineado, sus rasgos son agradables y viste de forma formal, podría ser ejecutivo en alguna oficina.
Una mano toca mi hombro y tengo un escalofrío desde la coronilla hasta la punta de mis dedos.
—¿Antonia? —la voz de Milly me asusta. Ella no es quien me sostiene del hombro, pero va fuertemente agarrada de la mano de Michael, quien me está mirando maravillado.
—Hola. —Es lo único que alcanzo a decir antes que Milly de un paso hacia adelante y me abrace con cariño.
—Lo lamento tanto. Sé que empezamos mal pero yo no te he tratado bien, no sé en que te ofendí ese día en la heladería, pero quiero disculparme. Además, ya Mike me explicó que pasaba en el hospital. Me alegra que tu no tengas que recuperar, pero sobre todo que hayas ido a hablar con el profesor para que lo excusara. Fue tan amable. Eres una gran amiga. —Siento que está a punto de llorar y me estremezco. No me gusta ver cuando la gente llora, no sé como reaccionar. No soy buena consolando o diciendo las palabras correctas y tampoco me simpatizo por su dolor.
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Mala compañía
Novela JuvenilAntonia Nieto tiene un lema en la vida y es ser diferente a los demás. No le gusta ser dominada, ni seguir los estándares que la sociedad quiere aplicarle a los jóvenes. Sus amistades son singulares; uno drogadicto, otra demasiado chismosa, uno que...