—¿Dormiste con Michael? —me pregunta Maira mientras me hala del brazo para apartarme del grupo.
¿Qué?
—¿Quien te dijo eso? —le pregunto con impaciencia. Sea quien sea voy a matarlo.
—No me lo dijeron, lo oí. Dime que no es cierto.
—Michael durmió en mi casa, pero de dormir... nada más. Quien sea que haya dicho eso, es un maldito chismoso.
—Puede que sea yo el maldito chismoso —dice Mike acercándose a nosotras.
Veo su postura relajada. Sus ojos intensos dirigidos a mi como si le pareciera una gran idea lo que acababa de hacer. Inmediatamente la ira me nubla la vista y tengo que empuñar mis manos. Maira ve mi reacción y se acerca a mi para evitar que mi matricula condicional no se convierta en expulsión.
—¿Qué pasaba por tu cabeza al decir eso? —lo confronto a pesar que Maira se queda en la mitad de nosotros.
—Para empezar, tenía que darte un pequeño escarmiento por tu comportamiento anterior: tratar mal a Milly en el café, ser una loca y mandarme la droga a la casa. Me parece que eso no es nada comparado a lo que has hecho —dice con un tono desenfadado.
¿Escarmiento? Hijo de pu...
—¡Eres un imbécil!—grito.
Oigo los murmullos a mi alrededor. Veo las caras de mis compañeros llamándome con apodos odiosos. No es que no tuviera algunos ya, pero adicionar a eso que me había acostado con Michael... iba a enterrarme.
—Lo sé —responde cínico —. Tengo que admitir que me gustaría que fuera verdad... pero siempre te has negado. No entiendo por qué. Tal vez podrías explicarme, al fin y al cabo, no eres una virgen y yo soy tu tipo.
—¿Qué demonios, Mike? —dice Maira exaltada. Ella tiene que estar muy enojada para decir una palabra así.
—No tengo nada que explicarte. Tú no eres mi tipo y se supone que soy tu mejor amiga. No se le hace algo así a tu mejor amiga.
—Tú me mandaste droga a pesar que dije que iba a dejarlo. ¿Por qué? ¿Ah? Se supone que soy tu mejor amigo.
Nos quedamos ahí, mirándonos con furia. Él es un gran chico unos días y al siguiente, un completo idiota. Maira me aparta de él pero yo me salgo de su agarre.
—Esto te va a salir mal, Mike.
—¿Por qué lo dices, preciosa? —su tono sarcástico me hace enfadarme más.
—Porque tienes novia, y si mal no escuché, acabas de engañarla.
El rostro de Michael pierde la alegría. Todo atisbo de diversión se esfuma y me mira con cara de pocos amigos. Se acerca un poco más, invadiendo mi espacio vital y susurra en mi oído.
—Ella me perdonará. Pero a ti... bueno... no lo creo. Además disfruta el chismorreo de pasillo.
Dicho eso se aleja a grandes pasos.
Si antes me preguntaba porque no me gusta Mike... bueno, ya tengo una respuesta.
Si el día iba mal, el ver aparecer el rostro de Elena me hace pensar que estoy condenada. Steven va a su lado como si fuera su bastón. No entiendo por qué, nuestra pelea fue hace una semana y definitivamente no la dejé al punto de necesitar asistencia para caminar. Ella me enfrenta, se detiene justo al frente impidiendo que siga hacia la clase.
—¿A quien tenemos aquí? La chica que no le importa meterse en la relaciones de los demás. Buen trabajo intentando atrapar a Mike, perra.
—¿Cómo me llamaste? —escupo en su cara al decirlo con tanta indignación.
—Lo que eres. Una maldita perra.
Doy un paso al frente pero Maira se interpone de nuevo. Ella tiene una misión en su vida y esa es cuidarme.
—No, Tonia. Matricula condicional ¿recuerdas? —dice con su voz suplicante.
No digo nada, simplemente fulmino con la mirada a Elena, quien tiene esa sonrisa de victoria en su rostro. Steven se nota incomodo por la conversación pero no suelta la mano de su chica.
—¿Y tu? ¿Estás enojada por que me acosté con Mike por Milly o por ti? Lo siento Steven, cariño... ella está muerta por mi amigo.
La expresión de Steven se crispa cuando menciono ese detalle. De alguna manera él parece conocer que Elena, la chica por la que se tiraría a un tren, ama a otro.
—No me gusta Michael —dice ofendida.
—Ahora estamos juntos —dice Steven interviniendo en nuestro reto de miradas.
—Felicidades —dice Maira halandome. Quiere salir de ahí cuanto antes.
—Eso es algo que no conseguirás, perra —dice Elena de nuevo —. Ya toda la clase sabe lo que pasó y además, que Michael no te va a corresponder. Pobre tonta. Pensabas que el sexo haría que él cayera a tus pies. Eres una ilusa, estúpida.
Necesito que alguien se lleve a Elena ahora mismo o voy a acabarla a golpes. Maira empieza a temblar de una manera anormal. Ese hecho me distrae un poco de mi ira y la miro con preocupación. Steven se percata de lo mismo y extiende su brazo para sostenerla porque está a punto de derrumbarse.
—¿Qué pasa? —pregunto alarmada. Maira parece que no pudiera respirar.
—¿Quieres golpearla? —me pregunta. Me deja un poco confundida. ¿Acaso no está teniendo una convulsión?
—Por supuesto, pero tú pareces a punto de desmayarte... deberíamos ir a enferme...
—Déjame a mi —dice y sin esperar mi permiso, le da un golpe directo en el ojo.
Elena cae por la sorpresa mas que por la fuerza. Se levanta rápido y busca la mirada de su nuevo novio para que la apoye. Steven duda. No puede golpear a Maira. Elena bufa con frustración y trata de atacarla de vuelta. Esta vez soy yo quien se interpone y siento el duro golpe en mi estomago. Me hace agachar de inmediato.
—¡Suficiente! —dice Steven, quien arrastra de manera poco cordial a su novia.
—Nos veremos después —grita Maira con tono retador.
Tengo que apoyarme en ella para recuperarme. ¡Cielos! ¡Esa chica tiene un ladrillo por mano! Suerte que hace una semana no dejé que me golpeara.
—¿Estás bien?—me pregunta al ver que sigo abrazando mi estomago.
—No.
—¿Aún quieres ir a enfermería?
—No.
—Deberíamos entrar a clase. Ya tenemos muchos problemas.
—Sí, vamos. No voy a volver a llevarte la contraria en nada. Por un momento pensé que te desmayarías y terminaste tirando al suelo a Elena. ¡Bravo!
—Bueno... me duele mucho la mano.
—Novata.
—Andando —dice ignorando mi comentario.
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Hola, Hola...
Sé que estoy dándole muchas vueltas al asunto de Milly... pero estoy segura que va a tener un buen giro.
Gracias por el apoyo a los que me leen.
Espero sus comentarios. ¿Esperaban que Mike se vengara de Antonia?
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Mala compañía
Fiksi RemajaAntonia Nieto tiene un lema en la vida y es ser diferente a los demás. No le gusta ser dominada, ni seguir los estándares que la sociedad quiere aplicarle a los jóvenes. Sus amistades son singulares; uno drogadicto, otra demasiado chismosa, uno que...