Uno a uno van llegando al café. Por lo general soy la que llega primero para guardar la mesa. Nunca llego a tiempo pero mis amigos llevan la impuntualidad a otro nivel. La segunda en llegar es Elena. Me saluda con dos besos en la mejilla y trata de sacarme toda la información sobre la clase de matemáticas. Ella muere por los detalles.
— Entonces ¿el profesor te sentenció a pasar las vacaciones en la escuela?
—¡Duh! Es lo lógico Elena. No hemos asistido y nuestras notas son pésimas. Además, tu siempre logras enterarte de todo. No entiendo tu interés en mi versión de la historia.
—¡Oye! Si voy a ser periodista algún día, tengo que saber diferenciar entre los chismes que corren en los pasillos de la simple verdad. Así que no puedo quedarme con versiones de personas externas si tengo la posibilidad de preguntarle a la directa perjudicada.
Directa perjudicada... ¡Como si necesitara un recordatorio!
Me rindo, con Elena no es fácil. Ella tiene esa cara precisa para darte ánimo a contar lo ocurrido. Termino la historia justo cuando llega Michael con su nueva novia, así que Elena se muerde la lengua y se resigna a esperar hasta más tarde.
—Chicas, les presento a Milly, mi novia —dice con un tono que usa para las primeras citas. Intento mantener mi cara de póquer y saludarla con amabilidad.
Ella alza su mano y la sacude en el aire con timidez. Es preciosa, tengo que decirlo, cabello rubio, labios gruesos y una cintura que me sorprende que sostenga la parte superior de su cuerpo. Sin embargo, es diferente al tipo que busca Michael. Por lo general, sus víctimas son casi tan libertinas como él. Pero Milly se ve tierna y tranquila. Una alerta se enciende en mi cerebro, esto es un problema.
—Milly, ellas son Elena y Antonia. No confíes en nada que diga Elena y procura desaparecer si Antonia está enojada. Es muy explosiva.
¡Vaya! Gracias.
Ella sólo sonríe. Intento que no me caiga mal, pero ya mi mente está buscando defectos. Uno, es muy flacucha. Dos, no parece sincera. Tres, ¿qué clase de persona no dice hola cuando te presentan a un grupo? Milly nota que la miro de arriba a abajo y se ofrece a traernos café.
—Es linda—dice Elena —. ¿Cómo se conocieron? Es decir, se ve mayor que tú y no es del tipo de chica que frecuentas.
Eso hace sonreir a Michael :—¿Tengo un tipo de chica?
—Sí, las entusiastas por el sexo o por la droga. Y ella claramente, no lo es.
—¡Elena! —la regaño —. ¿Por qué no lo gritas un poco más fuerte? No queremos publicidad negativa, ¿recuerdas?
—Primero que todo, la que grita eres tú y segundo, todo el barrio sabe la razón por la que él mantiene con los ojos rojos o tirado en la calle en condiciones precarias.
Milly vuelve con tres expresos. Ella repasa nuestros rostros buscando una respuesta para el ambiente tenso. Michael le alcanza un asiento y veo como la ayuda a acomodarse. ¿Michael acaba de ser caballeroso con una chica? Creo que soy yo la que está en las drogas ahora.
Steven llega y nos saluda, eso me ayuda a recuperarme y poder cerrar mi boca, ya que mi mandíbula por poco toca la mesa. Michael le presenta a la dulce Milly y Steven queda alucinado. Michael lo golpea para que vuelva a la tierra y ni se le ocurran ideas de quitarle a su "princesa".
—¿Así que has conquistado a nuestro amigo? ¿Cuanto llevan saliendo? —pregunta Steven con morbosa curiosidad. Su tono no es sincero, parece celoso.
Milly rie bajo :—Nos conocimos en el transporte público. Michael me defendió de un hombre que intentó tocarme—Su mirada va hasta su reciente héroe —. Es todo un caballero.
WTF caballero y Michael en la misma oración.
—La he invitado a la cabaña a la que iremos en verano—anuncia Michael.
Steven pone una mano en el hombro de su amigo pero yo me adelanto para darle la noticia.
—En cuanto a eso —le gano por poco a Steven que me mira con impaciencia por mi interrupción —, tendremos que asistir a clases de verano con el señor Hernández, ya no hay nada que hacer por la materia. Y tú en especial, tendrías que revisar si te deja. Ya que no vas nunca a su clase. —No sé porque me causa satisfacción arruinarle sus planes.
Michael me mira con cara de pocos amigos. Está enojado. Parece por su mirada que quisiera matarme y enterrarme bajo tierra. Su mano empieza a temblar, lo que hace seguido cuando su cuerpo empieza a resentir la abstinencia. Necesita un trago o su droga.
—Creí que habías dicho que eres un estudiante ejemplar —dice Milly con dolor por la mentira.
Bufo. Mi burla hace que el temblor aumente.
—Es un buen estudiante en lo que le gusta. —Elena intenta arreglar mi desastre.
—¿Qué te gusta? —pregunta Milly.
Michael desvía su mirada de mi a ella, mientras le toma la mano :—La verdad no soy buen estudiante. Pero me gusta la filosofía, es la única que me llena de alguna manera.
—¿Por qué mentiste? —Su pregunta está llena de reclamo. Mi fuero interno sonríe.
—Tú vas a entrar a la universidad mientras a mí me falta todo un año. Además, no creo que mis calificaciones me ayuden para conseguir entrar en la que quiero.
¿Quién es él y que ha hecho con Michael? Él nunca da explicaciones.
—¿Has mentido en algo más? —Veo una lagrima salir de su patético rostro.
Duda en responder y eso incomoda a Milly :—Lo lamento, pero creo que necesitaré tiempo para decirte esto y no quiero que sea en frente de ellos.
—¿Por qué? —pregunto casi sin dejarlo terminar.
Steven y Elena me miran con la boca abierta. Saben que no soy una buena persona, pero nunca me había comportado como una perra delante de las chicas de Michael.
—Ellos lo saben...
—Sí. Es más lo aprueban. Sé que es diferente contigo. —Los puños de Michael se cierran con furia. La que va dirigida a mí pero no se atreve a volverme a mirar porque debe permanecer tranquilizando a su amiguita. Me va a hacer pagar por mi actitud, pero al final me dará las gracias por salvarlo de una mojigata.
—Dímelo de una vez, creo que quiero irme a casa.
—Si te digo, querrás correr a casa.
—Me estás asustando.
—Es mejor que la lleves a casa, Michael. Podrán hablar en el camino —dice Elena entrometiéndose.
—Sí, mejor— apoya Steven y me hace una mirada de "di lo mismo".
—Creo que no deberías perder el tiempo con ella, Michael. Nunca entenderá nuestro estilo de vida.
—¡Cállate Antonia! —me grita. Me deja en shock, él nunca lo había hecho antes. ¿Acaso se ha enamorado de esa muerta de hambre?
—Debo irme —dice Milly sollozando —. Gracias por la invitación. —No entiendo el agradecimiento, no ha sido una buena noche.
Michael se levanta con ella y la alcanza. Le dice que la va a acompañar y salen del café. No sin antes, lanzarme su mejor mirada de "maldita estúpida"
—¿Qué rayos fue eso? —pregunta Elena.
No sé, no quiero hacer introspección ahora. Necesito contárselo a Maira.
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Mala compañía
Teen FictionAntonia Nieto tiene un lema en la vida y es ser diferente a los demás. No le gusta ser dominada, ni seguir los estándares que la sociedad quiere aplicarle a los jóvenes. Sus amistades son singulares; uno drogadicto, otra demasiado chismosa, uno que...