Me dieron una semana de suspensión y matricula condicional. Me lo tomé bien, especialmente por esas mini vacaciones, el problema es que mis padres no les pareció tan poca cosa como a mí. Me castigaron y no me dejaron salir en toda esa semana. Me las ingenié para hacer algunas cosas, por ejemplo, enviar a Michael un poco de heroína con Pedro. Sabia que no lo iba a lograr así tan fácil y antes que sufriera un ataque de ansiedad, prefiero que esté preparado por si se siente tentado. Se lo conté a Maira y ella estuvo totalmente opuesta a mi gran idea. "Eso no lo ayuda para nada" me dijo, "se supone que deberías apoyarlo en sus decisiones, no tomarlas por él"
A ver... déjame pensarlo... No, claro que no. Mike me necesita así como soy.
Aunque tengo que decir que no me ha llamado desde ese día. Eso fue el jueves y hoy ya es sábado. Decido que es momento de llamarlo.
—Mike —saludo.
—Antonia —contesta y su tono es cortante.
—¿Qué pasa?
—Dímelo tú, se supone que eres un ser humano pensante y puedes razonar antes de hacer disparates.
—No sabía que te importara tanto Elena... Te juro que la golpee sólo por defenderte.
—No estoy hablando de Elena, quien por cierto, le toca llevar parche en el ojo gracias a ti. Conociéndote puedo afirmar que no te has disculpado.
¿Disculpado? No gracias, ya he llenado mi cuota anual de disculpas y apenas vamos en junio.
—No me voy a disculpar, sería decirle que tiene razón, que tu eres un ancla.
—Sé lo que dijo, lo has repetido toda la semana.
—Entonces, ¿de que hablas? ¿Qué fue lo que hice sin pensar?
—¿Qué hiciste el jueves en la tarde?—pregunta con ironía.
—Nada, estoy castigada ¿recuerdas?
—Pero parece que puedes usar el teléfono.
Claro, si que está enojado por eso.
—Soy una buena amiga, no muchas te habrían enviado algo así por si te sientes mal, por si no lo puedes soportar. Te recuerdo que eso es costoso. Agradece que mis padres no me llevan las cuentas de lo que gasto o estaría en un lío serio.
—A ti todo te parece una broma ¿no? Te digo que quiero cambiar, dejar eso y ¿que haces? Llamas a mi proveedor y compras por mi. No sólo tengo que dejar esta adicción, sino que tengo que alejar personas dañinas.
Hey hey hey, ¿alejar personas dañinas? ¿Eso me considera?
—¿Y yo lo soy? —pregunto. Prefiero que lo diga ahora y acabar con esto.
—No quiero hacerlo así, Tonia. Me gustaría hablar contigo personalmente. He estado enojado porque ese jueves estaba muy mal. Las nauseas eran casi insoportables y tú me hiciste llegar eso en el momento que mi fuerza de voluntad estaba casi nula. La destapé tan rápido que se acabó mucho antes que lo normal. ¡Cielo santo! Te juro que sólo me pude levantar hasta el viernes en la noche. Creo que caí inconsciente, así que un poco más y habría muerto, Antonia. Lo habría hecho. ¿Qué pensarías de eso? ¿Qué hubiera muerto por lo que tú muy amablemente enviaste?
Sollozo. No estaba preparada para un reclamo así.
—Mike... Hemos sido amigos por casi toda nuestra vida, ¿cómo te atreves a preguntarme eso? ¿Crees que no me afectaría tu muerte?
—¡Responde la maldita pregunta!
—No moriste ¿bueno? Estás aquí todavía.
—Eres incorregible —dice decepcionado.
—Eres un imbécil.
—Tú egoísta.
—Misógino.
—Inmadura.
—Engreído.
—Apática.
—¿Qué? Pues entonces tú eres un cerdo.
—Zorra—Siento que algo se rompe en mi interior.
—Pues esta zorra ha sido quien te ha llevado a rastras hasta alguna parte en que te dejen dormir, cuando no sabías ni tu nombre, idiota.
—Lo que te molesta es que quiera alejarme de lo que nos une, crees que vamos a dejar de hablar por eso. Pero te equivocas, vamos a distanciarnos por tu actitud. Tú forma de querer controlarme. Ya te dije lo que quiero hacer, ahora tienes que decirme si me vas a ayudar o te vas a alejar. Sólo tienes esas dos opciones... tómalo o déjalo.
—No voy a ayudar a que te mueras.
—¿Acaso no hablé claro? Lo que hiciste el jueves casi me mata.
—Te odio —digo entre sollozos. Nunca pensé que Michael me daría un ultimátum.
—Eso lo decide.
—Supongo que sí.
—Ten una buena vida, Antonia Nieto. —Su voz es triste, pero no me conmueve.
—Púdrete, Michael Rivera.
Cuelgo sin esperar que me responda. No hay nada más que hablar, él quiere cambiar su vida a algo que no comparto. Se supone que no ibamos a adaptarnos a la sociedad, ser rebeldes y seguir nuestros deseos. Pero ahora sólo piensa en Milly... ¡Oh Milly! Si no fuera por ti, esto nunca habría pasado. Tienes que pagar por esto.
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Gracias por leerme.
¿Qué piensan de Antonia? ¿Y de Mike?
Abrazos...
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Mala compañía
Teen FictionAntonia Nieto tiene un lema en la vida y es ser diferente a los demás. No le gusta ser dominada, ni seguir los estándares que la sociedad quiere aplicarle a los jóvenes. Sus amistades son singulares; uno drogadicto, otra demasiado chismosa, uno que...