Narra Camila
Ocho meses. Mis vientre era enorme, ya ni si quiera lograba ver la punta de mis pies, los cuales aproposito, estaban bastante hinchados. Solo me faltaba un mes y podría sacar a Jacob de mi vientre, solo un infinito mes en los que los minutos parecen horas. No me mal interpreten, la sensación de tener a Jacob dentro de mi me alegraba, pero a la vez era molesto como no podía hacer nada.
Eran las 9 de la mañana y Lauren llegaba a la una de la tarde, porque si, había vuelto a vivir con ella y Mike le dió otra oportunidad aunque fue difícil convencerlo. Tenía ganas de levantarme e ir a comer, pero Dios, como costaba moverse con este enorme vientre...
-Dios mio-Susurré mientras acariciaba mi vientre-Jacob, más te vale nacer pronto.
Me levanté con bastante dificultad y camine hasta la cocina para tomar una de esas leches en caja. Me distraje mientras vertia la leche en el vaso y esta comenzó a caer al suelo, perfecto. No me podía agachar y limpiar, tendría que esperar a Lauren aunque ella me regañaria por levantarme.
Sentí una patada y sonreí, Jacob estaba despierto. Mi sonrisa se borró cuando las patadas comenzaron a ser más fuertes y segundos después, un líquido caía por mis piernas.
-No, no, no...-Comence a decir mientras llamaba a Lauren por el celular-contesta...-No lo hizo, llamaré a Dinah-Mira, no te asustes pero necesito que vengas ya mismo, Jacob va a nacer.
Narra Lauren
La reunión en la que me encontraba fue un asco, no comprendía absolutamente nada de los que aquellos hombres decían. Cuando salí de la oficina camine con mi padre por los pasillos de la empresa, el me comentaba que tenía otra reunión y debía acompañarlo. Cuando estaba apunto de subir al elevador escuché a Zara gritar mi nombre.
-Lauren no puede ayudarte con Lucy ahora,-le dijo mi padre- tenemos una reunión.
-No, es Camila-Dijo nerviosa.
-¿Esta aquí?-Mire tras de ella buscando a mi novia.
-No, está en el hospital-Mi corazón cayó al suelo, aún faltaba un mes, ¿Le paso algo a Jacob?-Esta en trabajo de parto.
Nadie dijo más o al menos yo no escuché, solo corrí hasta la salida y me subí a un taxi totalmente desesperada. Cuando llegamos al hospital le lancé unos cuantos billetes, no me importa ni le di demás, solo quería estar con Camila. La recepcionista me dijo que estaba en el cuarto piso, sala 102. En cuanto llegué, ví a mi madre, Sinú y mis tres amigas paseando de un lado a otro.
-¿Puedo pasar?- Le pregunté al doctor que salía de la habitación de Camila-Soy su novia.
El doctor me entregó una bata y en cuanto me la puse entré corriendo donde Camila. Ella estaba con los ojos cerrados, sudando y haciendo fuerza. Me acerqué a ella y tome su mano. Cuando ella me miro y ví sus ojos llenos de lágrimas, me senti de lo peor, debí haber estado con ella desde antes.
-Perdon-Le dije totalmente angustiada. Ella acarició mi mejilla con un pequeña sonrisa, ¿Como es que trataba de animarme aunque esta toda adolorida dilatando?-Yo... ¿En qué momento?
-Solo me levanté por leche y el decidió que era hora de salir-Bese su frente al notar su mueca de dolor-te llame y no contestaste, así que llame a Dinah.
-Dios, perdóname, soy lo peor-Me golpeé en la frente. Ella rió suavemente y beso la palma de mi mano.
Cuando el doctor llegó y dijo que Camila estaba lista, sentí que el corazón se me saldría en cualquier momento. Mi novia estaba ahí, tomando mi mano y haciendo fuerza para que en cualquier minuto Jacob naciera. Podía notar como me miraba agotada cuando le decían que hiciera más fuerza y ella parecía no poder más. Bese su frente por unos segundos y susurrando le pedí que no se rindiera, faltaba poco.
-Laur...-Su rostro lleno de agotamiento de transformó en una sonrisa, el llanto de Jacob se escuchaba en toda la habitación-Dios...
La enfermera le entrego suavemente el bebé a mi novia. Su piel era morena como la de Camila, su cabello oscuro y corto, era bastante pequeño pero gordito, era hermoso. Las lágrimas caían por mis mejillas, era el mejor día de mi vida. Minutos después, se lo llevaron para hacerle un chequeo.
La familia de Camila, la mía y nuestras amigas entraron a la habitación casi gritando de la emoción. Sin embargo, la mirada de Camila no se quitaba de la mía ni la mía de la de ella. En acerqué y tomando su mejilla bese sus labios.
-Te amo-Le dije-Estoy orgullosa de ti, eres muy fuerte...
-Gracias-Ella volvió a besarme-¿Estas bien?
-¿Tu?-Le pregunté acariciando su mejilla. Ella asintió-Entonces estoy perfectamente bien.
La enfermera llegó con Jacob en unos minutos. El pequeño no dejaba de llorar y la enfermera dijo que sería mejor que lo alimentemos rápido antes de que llore aún más. En cuanto Camila lo acerco a su pecho, nuestro hijo rápidamente comenzó a beber leche como si su vida dependiera de ello.
-Es hermoso-Dijo Ally-Ay, mira, me muero de amor...
Tras una hora de fotos, el enorme grupo de familiares se marchó.
-Hola precioso-Tome a Jacob y este comenzó a quejarse en cuanto noto que lo alejaba de Camila- Hey, príncipe, soy yo, mamá Lauren.
Jacob estiro su brazo y me dió un suave golpe en el mentón. No pude evitar soltar un grito cuándo abrió los ojos y note que eran de color gris. Le mostré a Camila y al igual que yo, grito de la emoción.
-Es tan hermoso como tu-Dijo sonriendo-Las chicas le lloveran.
-¿Que?-Dije espantada- claro que no, mi bebé no tendra novia hasta los 30.
-Que idiota eres-Se rió-mi bebé tendrá necesidades, Lauren.
Gire los ojos y le entregué a Jacob para hacer una llamada. Dinah estaba muy emocionada cuando le pedí que por favor ordenará el cuarto del bebé.
Cuando me gire, Jacob estaba dormido y Camila por poco también lo estaba. Cargué a mi hijo y lo acosté en la cuna junto a la camilla para luego ver a mi novia con los ojos cerrados. Me senté en una silla y permanecí así esperando a que Jacob llorara para intentar calmarlo, no quería molestar a Camila.