Narra Camila
Mi padre no dejaba de jugar con Jacob al avión y mi pequeño no dejaba de reír a carcajadas. Cada vez que era elevado podia ver su puchero y luego, mi padre lo bajaba con rapidez para que se volviera a carcajear.
¿Lauren? Esa idiota estaba en el trabajo de seguro durmiendo sobre el escritorio. Hace una semana habíamos vuelto y la felicidad se notaba en la casa. Cada noche nos llenamos de cosquillas, abrazos y besos. Todo estaba mejorando y me encantaba, incluso Jacob sonreia más, como si supiera todo lo que había sucedido en nuestra relación.
-¡Alejandro!-Escuchamos a mi madre gritar desde la cocina-¡Te dije que debías revolver la pasta!
Mi padre con un rostro asustado me entrego a Jacob y corrió hacia la cocina. Me morí a carcajadas al escuchar a mi padre disculparse mientras madre lo regañaba.
Las horas pasaban lentas pero al fin llegó la hora de la llegada de mi novia. Mire por la ventana junto a Jacob quien en cuanto vio a Lauren bajar del auto de Mike gritó de la emoción. Mi linda ojiverde parecía enojada pero al vernos de inmediato sonrió y corrió hacia la puerta. Yo abrí de inmediato y mi hijo se lanzó a sus brazos comenzando a llorar.
-Eres igual que mami cuando volvía de un viaje-Le hablo ella con una voz más aguda-Te amo pequeño cachetón, ya no llores.
Y sin saludarme, entró a casa. Claramente no me enojaría con ella por algo tan simple pero fingiría que si para luego darle una sorpresa. Las clases de teatro si me servían de algo.
-Cariño, ¿Le cambiaste el pañal?-Me pregunto mientras elevaba a Jacob para oler su trasero-Se hizo popo.
-Entonces cámbiale otra vez-Dije cortante. Lauren de inmediato me miro confundida-¿Que miras?
-Yo... ¿Hice algo malo?-Preguntó preocupada-pues lo siento.
-¡Ni si quiera sabes!-Grite dando una fuerte patada al suelo llamando la atención de todos.
-Hija...-Mi madre rápidamente se acercó a mí para calmarme pero la interrumpí.
-¿Puedes quedarte con Jacob?-Le pregunté. Inmediatamente ella camino a cargar a su nieto-Lauren, tendremos una seria conversación en mi antigua habitación, nadie interrumpa.
Narra Lauren
Mis manos temblaban mientras la seguia asustada hasta su habitación, ¿Que había hecho ahora? La idea de volver a como estábamos antes me asqueaba, haría lo posible por alejarme de eso.
Entre a la habitación y mientras mi novia cerraba me pidió que me sentara en la cama, cosa que yo, como perro regañado hice sin quejarme. Ví como Camila se giraba a mirarme fijamente, intimidandome por completo. La morena de repente se quitó la playera lanzandola a un lado y comenzó a acercarse a mi con un exagerado pero sexi movimiento de caderas.
-¿Que es eso de no saludarme?-Me dijo con una voz tan profunda que sentí escalofríos por todo mi cuerpo-Mi vida, hoy haremos el amor-Me dijo elevando las comisuras de sus labios-pero antes...-No termino, ella solo me dió la espalda y se sentó sobre mi regazo para hacer suaves movimientos de caderas provocando un fuego en mi entrepierna. Trate de agarrar su cintura y besar sus hombros pero nada más me gane un golpe en las manos-Me tocas antes de que te diga y te quedas solucionando tus problemas en el baño.
Su cintura se meneaba de un lado a otro frente a mi, su trasero se veía tan marcado en ese pantalón y su piel me pedía a gritos que la tocará, sin embargo, no quería arriesgarme. Ella entrelazaba los dedos con su suave cabello y lo sacudía con sensualidad mientras suavemente inclinaba su cuerpo hacia delante para darme una mejor vista. Mordía mi labio con fuerza, ¿Como podía seguir así? La cosa empeoró, ella me miro directamente y comenzó a bajar sus pantalones lo más lento posible sabiendo las ganas que tenía de arrancarlo de una buena vez.
-No puedo mas-Dije sintiendo mi interior quemar.
Me levanté, la tome por la cintura y cambiando por completo la situación me sente a horcajadas sobre ella quien tenía la respiración totalmente agitada. Note que diría algo pero no lo permiti ya que pegue mis labios a los de ella en un beso lleno de pasión, deseo y amor. Sus pequeñas manos comenzaron a desvestirme con desesperación hasta ambas quedar completamente desnudas sobre las sábanas. Lentamente mis besos bajaron por su cuello, entré sus pechos, por su ombligo hasta finamente llegar a su centro. Besaba sus muslos con delicadeza notando como empujaba suavemente mi cabeza más cerca de su centro.
-Lauren...-Dijo con la respiración agitada-Te... Te necesito dentro.
Y quería estar dentro. Rápidamente metí dos dedos dentro de ella buscando no lastimarla. La mire y tuve miedo cuando ví que sus ojos se cerraban con fuerza pero luego, al notar que yo no me movía, comenzó a subir y a bajar haciéndo que reaccionará.
-Joder, Lauren...-Decia sin abrir los ojos.
Sin dejar de entrar y salir de de ella comencé a besar sus labios para que sus gemidos no se escucharan por toda la casa, pero Dios, era inevitable que cada vez que nuestros labios se separaban digeramos nuestros nombres.
-Basta de... ¡Ay santa María purísima!-Escuchamos a Sinú.
Rápidamente me encargue de cubrirnos con unas mantas y mire a Camila con pánico. Mi novia se escondió en mi cuello avergonzada sin darle una explicación a su madre quién aún miraba. ¿Lo peor? A causa de sus gritos Alejandro entró corriendo con Jacob es los brazos.
-¿Pueden irse unos segundos?-Pregunte casi susurrando por la vergüenza.
Pasaron unos segundos y la puerta se cerro. Me levanté un poco para mirar a Camila y está estaba con las mejillas tan rojas que era adorable.
-Hola, mi amor-Le dije acariciando su nariz con la mia-Vamos a vestirnos.
Durante los minutos que tardamos en vestirnos ella no me habló en ni si quiera tres segundos, sin embargo, cuando estaba apunto de salir sentí su manl tirar la mía y atraerme hacia ella para darnos un corto beso.-Perdón-me dijo con sus manos en mis mejillas-Te amo, ¿Sabes?
-No te disculpes, me ha encantado-Confecé-Espero tener una segunda parte y... También te amo un montón.
Cuando llegamos abajo, Alejandro jugaba con Jacob mientras Sinu bebía un vaso de agua con azúcar para calmarse. Nos sentamos junto a mi querida suegra arruina momentos y permanecimos en silencio hasta que ella hablo.
-Crei que habían recurrido a la violencia-Comenzo a explicar-sus... Ya saben... Sonaba tan fuerte que pensé que se estaban golpeando, no podía permitir eso.
-Agradezco sus intenciones-Hable con respeto-pero agradeceríamos que para la próxima golpeara la puerta y que entendiera que yo jamás golpearia a mi princesa.
Y, apesar de haber interrumpido tan mágico momento, terminamos en la sala riendo de como Jacob jugaba con su abuelo.