Capítulo Ocho

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Se habían quedado dormidos.

Abrazados y cubiertos por las sabanas de Leo, pero hubieran seguido así de no haber sentido las luces del sol que entraban por los huecos de la ventana, Mia fue la primera en abrir los ojos y se sentó de golpe despertando a Leo.

—¿Mia?

—Ya amaneció.

—Mierda.—Pronuncio el levantándose, Leo debería estar haciendo los deberes que le correspondían todas la mañanas y Mia debió haberse ido esa misma noche.

Leo se subió los pantalones y Mia se quedó observándolo mientras se cubra el cuerpo con las sabanas, no por la vergüenza, ella no tenía por qué sentir vergüenza, sino porque sentía frio.

Antes de cubrir su pecho, Leo se detuvo al mirarla, se acercó a ella y le cogió de las mejillas besándola con delicadeza.

Lamentaba no haberle deseado un buenos días a su amada.

Mia cogió sus manos y lo miro.—Debo volver, pero esta noche...

Le tocaba a leo ir a la habitación de Mia, pero aunque se arriesgaban, ella deseaba tenerlo ah.

—Te veo ahí.

Mia sonrió y se besaron una vez más, luego se vistieron y uno después del otro salieron de la habitación.





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A pesar de haber cometido el error de quedarse a dormir en la habitación de Leo esa noche, Mia logro llegar "Sana y salva" a su dormitorio, no había captado la atención de nadie más allá de algunas criadas, quienes no le prestaron atención al creer que recién se había levantado.

Dos golpes se dieron en su puerta.

Su madre no tardó en aparecer y la observo con una ceja alzada.—¿Aun no te has cambiado?

—Mamá es fin de semana.

—Y por eso mismo, Arturo está esperando por ti en la sala.

Los ojos de Mia se abrió, ya había olvidado que estaba comprometida.

—Vamos, cariño.—La cogió de los hombros y la hizo girar hacia el espejo.

Mia tenía la pijama con los botones mal colocados, los que se apuró en abrochar para salir rápido y volver a su habitación sin despertar sospechas, además su cabello era un desastre y detrás de la ropa también, su piel tenia marcas de los besos fuertes que Leo la había dejado y entre sus pechos había una mordedura.

Color de PielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora