Después de terminar de hablar con Carlos, el le permitió subir a la habitación de Mía.
Había escuchado al padre de la mujer que amaba y le había prometido una sola cosa, una que cumpliría y ahora todo estaba en manos de Mía.
Golpeo la puerta despacio y Mía no tardo en abrir, no se sorprendió al verlo, ella lo había abandonado, sabía que Leo vendría a buscarlo fuera ese día o el siguiente.
—Le..
—¿Me amas?
Leo fue directo y Mía abrió mucho los ojos.
—¿Qué estas dicie..?
—Si lo que sentimos fue solo juego para ti y lo que pasó en el establo ahora... sigue siendo juego para ti..
Mía sintió una presión en el pecho.
—Dímelo.
Ella ya lo había dicho, pero el necesitaba esa respuesta ahora, verlo en sus ojos y saber di mentira o no.
—¿También ha sido un juego, Mía?
Los labios le temblaron a Mía.
—No.
La expresión de Leo se suavizó.
—Jamás ha sido un juego.
Poco a poco Leo dibujaba una sonrisa en sus labios.
—Pero no podemos hacerlo.
Hubiera preferido no oír esas palabras, pero ya las había escuchado.
—No podemos estar juntos, Leo.
—¿Por qué no?
Porque te encerraran.
Porque mi madre te meterá en una celda.
Mía tenía las palabras en la punta de la lengua, pero no las dijo.
—Tengo que casarme con Arturo.
Un dolor consumió el pecho de Leo.
Ahí estaba.
Era la respuesta de Mía y por mucho que quisiera llevársela lejos y vivir su historia de amor, no podía, ya le había prometido a Carlos que aceptaría la decisión de Mía.
—¿Esa es tu elección, Mía?
Mía asintió con la cabeza, el dolor lo tenía en la garganta.
—Lo lamento, Leo.
—No, yo lo lamento. —Pronuncio el bajando la mirada.
Mia abrió los ojos y Leo regreso su atención a ella.
—Ten una buena boda, Señorita Carpenter. —Finalizo.
Leo se marchó y Mía cerró la puerta, derrumbándose contra ella, apoyo la espalda y se llevó ambas manos a la boca, su llanto empezó.
Y cuanto más pasaba, más se daba cuenta que esto no era ser feliz.
Estar lejos de Leo no era para nada su felicidad.
Entonces ya no le importo nada, salió de la habitación y corrió escaleras abajo, su padre la observo sorprendida.
—¡Mía, que ocurre!
—¡No te vayas!. —Gritó Mía con todas sus fuerzas. —¡Leo, no te vayas!
Pero no llegó a tiempo, la oscuridad la atrapo y sintió un golpe en la cabeza antes de perder el conocimiento.
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Color de Piel
Historical Fiction¿ Puede un amor ir mas allá de la importancia del "Color De Piel"? Leo y Mía se conocen desde pequeños. Leo y Mía están enamorados. Sin embargo en una sociedad donde importan más las posiciones sociales y el dinero, el amor que sienten el uno por e...