Capitulo 1 ~Recuerdos~ Zayn y tu

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Me desperté sobresaltada.

Otra vez había soñado con aquel mundo de fantasía. Esta vez estaba pescando; peces de color oro, con una mujer y un hombre a los que llamaba "papá" y "mamá". Todo era maravilloso, cantábamos y reíamos sin para, todos éramos felices.. Los árboles se mecían suavemente , al son del viento, que soplaba dulcemente.

El despertador sonó ruidosamente, impidiendome acabar aquel extraño sueño.

Llevaba un año teniendo esa clase de sueños, en los que salían personas a las que no había visto nunca. Cuando me despertaba, recordaba el sueño entero pero los rostros de aquellas personas eran bastante borrosos. A veces lograba recordar algunos de sus pequeños rasgos, el color de sus ojos, la forma de sus labios y en ocasiones el color de su pelo, pero en ninguno de los casos llegué a recordar a la persona entera. No podía negar que todo eso me transmitiese curiosidad o incluso miedo, pero con el tiempo había comenzado a acostumbrarme.

Me levanté perezosamente de la cama y fui directamente al baño, me miré al espejo y me humedecí la cara con agua fría para despejarme un poco. Después fui directa a mi habitación, cogí el uniforme de animadora, con la falda quizás demasiado corta y la camiseta por encima del ombligo.
Me arreglé y bajé a desayunar. Mis padres ya se habían marchado al trabajo, ellos no solían estar en casa nunca. Cuando era pequeña contrataron a una señora, que era la que se había encargado de criarme durante mi niñez. Pero ahora me encontraba sola, completamente sola.

Desayuné rápido y fui al instituto.
El día pasó lento, como siempre. Las clases aburridas y mis notas no bajaban de las buenas calificaciones. La verdad era que aquel curso había estado estudiando con mucho esfuerzo, ya que deseaba con todas mis fuerzas una beca. Quería ir a una buena universidad y poder cumplir mi sueño de irme a Londres a vivir y a comenzar una nueva vida.

Después del instituto me tocaba el entrenamiento de las animadoras. Bailar era mi actividad favorita, me encantaba dejarme llevar por la música y que mis pies bailasen solos sobre la tarima. Decidí entrar en el equipo cuando apenas había integrantes dispuestos a trabajar. La entrenadora, una señora de 50 años, con más de 30 años de experiencia en el atranamiento, se dedicaba a formar nuestras coreografías, cada vez mas complicadas, básicamente como si su vida dependiese de ello.

El entrenamiento de aquel día fue más duro de lo normal, la entrenadora no tenía buen humor y al parecer decidió que nosotras seríamos su saco de boxeo. Lo que era totalmente injusto, pero por supuesto nadie se atrevía a comunicárselo.
Al final del entrenamiendo acabamos todas que ni siquiera podíamos mantenernos en pie el tiempo suficiente como para salir del gimnasio.

-¡Sois unas vagas! ¡Mañana quiero veros aquí a todas!- gritó la entrenadora mientras se marchaba por la puerta del gimnasio, dando fuertes y grandes zancadas.

Todas resoplamos a la vez.

-Rezaré esta noche para que mañana no venga- dijo Gisela limpiándose la frente llena de sudor con una toalla.

-Lo mismo digo...-murmuré fatigada, mientras recogía mis cosas.

-¿Vendrás a la fiesta de esta noche?- me preguntó Raquel con esperanzas. La sonreí tiernamente.

-No, lo siento- dije, con un toque de culpabilidad en mi voz. La verdad era que en todo el curso no había ido a ninguna fiesta. Últimamente había preferido quedarme en mi casa, haciendo cualquier cosa, menos estar en un sitio lleno de gente en el que el alcohol era el gobernante del ambíente. Bajé mi mirada a los zapatos blancos que tapaban mis pies y comecé a atarme los cordones.

-Oye ¿quién es ese chico?- escuché susurrar a Gisela.

-No lo se, parece de último curso- respondió Raquel. No me interesé demasiado por el tema, asi que seguí metiendo las cosas en mi bolso sin prestar demasiada atención a la conversación.

-¿Sabrá que no puede estar aquí?- preguntó Gisela.

-Será del equipo de baloncesto- propuso Raquel.

-Pues yo creo que es nuevo- admitió la otra. Cansada levanté la mirada para observarlas.

-¿De quién habláis?- pregunté mientras que me ponía en pie. Raquel señaló a un chico que estaba sentado en las gradas mirándonos fijamente. Era moreno y tenía una mirada seria y penetrante. Su pelo negro estaba despeinado y sus labios se notaban ligeramente apretados, como si no lograse entender algo y eso le frustrase.

Al fijarme bien en él una sensación que nunca había sentido me recorrió todo el cuerpo; como si un calambre hubiese paralizado mi cuerpo y a la vez alguien hubiera golpeado mi cabeza con fuerza. Tuve que sentarme a causa del mareo, y aparté mi mirada de aquel extraño.

-¡_____! ¿Qué te pasa? Estás pálida- Gisela me tocó la frente preocupada, mientras que Raquel cogía un cuaderno para darme aire.

-Estoy bien... habrá sido un bajón de azúcar o algo similar- dije intentado sonreir.

¿Qué había sido eso?

Miré hacia la grada y él ya no estaba, había desaparecido.

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No se permiten copias ni adaptaciones, la novela está registrada.

~Recuerdos~ Zayn y tu [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora