De vez en cuando es habitual para mí tener ciertos períodos de cambios emocionales: repentina tristeza, seguidos de una incontrolable aflicción, temor, angustía, ansiedad y por último exploto en enojo e ira desquitandome con todo lo que me rodea, usualmente cuando esto sucede él siempre esta a mi lado, a una distancia moderada claro, pero esta vez fue diferente.
Después de pasar todas las etapas previas y llegar a la ira esta se mezcló con toda la inseguridad e incertidumbre que este demonio me provocaba, en ese estado todas las dudas en mi cabeza respecto a él y que hasta entonces había guardado solo en mis pensamientos, fueron dichas por primera vez, cada una salió y salió, nada parecía callar mis labios, salieron gritadas tan fuerte como mis pulmones me lo permitían y pronunciadas tan entendiblemente como mi voz quebrada debido al llanto me dejaron.
"¿Por qué? ¿Por qué estas aquí? ¿Por que no te vas de mi lado? ¿Por que no te alejas al verme en este estado? ¿¿Por qué??"
"¿QUÉ RAYOS ERES?"
No esperaba respuesta de su lado, obviamente no, él nunca había hablado conmigo, sin embargo esos labios que hasta el primer día en que lo ví habían estado cerrados, se abrieron para mí, respondiendo por primera vez con una sola y simple frase.
"Yo soy parte de tí"
