-Ahora que lo pienso... Aún no se tu nombre.
Esta conversación paso poco después de nuestra gran pelea (Mi arranque de ira, donde grite y lloré hasta perder la consciencia, sí, esa "pelea").
-Soy el reflejo de tus miedos y preocupaciones, me llamas demonio por mis cuernos, pero no tengo un nombre en concreto, pero- sonrió posicionándose cómodamente en el sofá- dejaré que escojas un nombre para mi.
-¿Dejarás que yo lo escoja?
-si, claro ¿por qué no?- se estiró volteandome a ver de forma traviesa- quiero que seas tu quién lo elija, igualmente, serás el único que dirá ese nombre.
-Aún asi es mucha responsabilidad darte un nombre.
-Un nombre es un nombre, cualquiera estará bien.
-Un nombre es muy importante ¿sabes? Son modales básicos llamar a las personas por su nombre, en algunas culturas incluso muestra el grado de cercanía en la relación de las personas
-¿Es asi? ...mmm ahora que lo pienso, nunca te he llamado por tu nombre tampoco
-¿Siquiera conoces cuál es?
-Claro que lo se, aunque casi nadie lo pronuncie por tu carencia de habilidades sociales, pero, lo se, sería una falta de respeto no saber tu nombre -dijo esto último con un leve tono de sarcasmo
-Disculpa por no ser aclamado por todos.
-Eso simplemente significa que no eres cercano a ellos, no tiene nada de malo, pero...-sonrió.
Pase parte de la tarde pensando en el nombre perfecto para ese demonio... Es cruel referirse a él constantemente como "demonio" .
«Eres más que eso»
"No eres cercano a ellos, no tiene nada de malo, pero..."
«Mi nombre, alguien llama a mi nombre...»
-¿D-Disculpa? ¿Te encuentras bien?- mi preocupado jefe pelirrojo me miraba un poco asustado.
-¡Disculpe! Me quedé hundido en mis pensamientos- respondí tan formalmente como pude.
-¡No te preocupes! Estuve llamando por un tiempo y como no respondias me asusté un poco- acomodó sus lentes y tomó unos libros que estaban apilados en el suelo.
Desde hace un tiempo trabajaba en una biblioteca, el jefe era muy tranquilo, no traía problemas y era un lugar de paz donde, el demonio se paseaba entre los estantes y me dejaba trabajar sin ninguna distracción, aunque de vez en cuando le encontraba dormido en alguna esquina o meneando su cola por haber encontrado un libro interesante.
-jefe, ¿usted cree en los demonios?- pareció asombrarse, raramente yo sacaba temas de conversación, sus ojos parecieron brillar y ajustando de nuevo sus lentes pareció tomar inspiración
-Pues existe la maldad en el mundo, pero asi como existe la maldad, existe el bien
-¿Los demonios son la maldad?- hablé casi para mí mismo.
-No hay nada completamente malo, hay oscuridad aún en el ser más puro y radiante, así como hay luz en la más profunda oscuridad. ¡Como el yin y el yang!-.
Yin y Yang. De algún modo, esto me recuerda a él y a mí.
«A pesar de ser toda mí oscuridad, eres aun más brillante que yo ¿Cómo lo haces?
Y siendo luz, tienes unos ojos negros carente de ella, cuando los veo, siento una extraña paz...
Eres luz y eres oscuridad. Pero... A pesar de todo...»
Terminó mi turno y mi jefe extasiado por la conversación me dejo ir a casa.
Camino a casa, él y yo caminabamos lado a lado por las calles vacías, con el atardecer pintando el cielo de rojos y naranjas.
-He decidico tu nombre- hablé rompiendo el silencio.
-¿Ah si?
-Si...-dije sonrojándome levemente.
-¿Es un nombre cursi?- preguntó inquisitivo
-¡Claro que no!
-Te sonrojaste- bufó.
-Sí sigues burlandote te lo diré, al cabo no es tan bueno...probablemente ni siquiera te guste.
-Lo amaré, sea cuál sea- paró en seco- Te la pasaste pensando en mi todo el día, sólo para elegirlo, ¿Por qué habría de disgustarme algo que te hizo tenerme en tu mente todo el día? - habló seriamente, pero no pudo guardar esa seriedad por mucho, sus labios volvieron a formar una bella sonrisa- te has vuelto a sonrojar.
-Cállate...
-Lo que dije en casa..era cierto-hablo volviendo un poco a la seriedad- Quiero volverme cercano a ti, lo suficiente para merecer llamarte tu nombre, pienso merecer honor. Así que guarda esos sonrojos para cuando diga tu nombre ¿Sí?...-.
De nuevo, mi corazón latía como loco, mis mejillas ardían como nunca lo hicieron.
«Lo que no sabes...es que...»
-Entonces...cuando también sea lo suficiente cercano a ti, también te llamaré por tu nombre
-En un futuro cuando podamos entendernos mutuamente, por favor... Dí mi nombre.
«Lo que no sabes es que...Quiero que me llames por mi nombre»
-Asi que...volvió a sonreir- ¿Cuál es mi nombre?
«A pesar de ser toda mi oscuridad, eres aún mas brillante que yo. Y siendo luz, tienes unos ojos carente de ella que te hunden en un abismo negro, pero cuando los veo, me invade un extraño sentimiento paz...
Eres mi luz y mi oscuridad. Pero... A pesar de todo...
Amo tus ojos»
-Tu nombre será -.