-¿De que hablas?-pregunte tratando de no parecer sorprendido
«Puede...hablar»
-Soy parte de tí, por eso no puedo alejarme, por eso me mantengo cerca.
-t-tonterias...
-cada ser humano tiene un lado así...solo que tú tuviste la suficiente fuerza para manifestarme- musitó- tener demonios -dijo- no te hace una mala persona, es más, eso te hace más humano-.
Sus palabras me hicieron temblar y retroceder para agrandar nuestra distancia.
-soy una manifestación de todos tus "miedos" y "problemas" todo aquello de lo que hasta hace poco nunca enfrentaste, soy todo aquello de lo que habías huido- dijo acercandose- justo como ahora-.
Los pies blancos descalzos daban paso tras paso, para acercarse a mí, hasta que sus manos me tomaron por las mejillas haciendome tiritar, no quería verlo, temía verlo, estaba encarando a mis miedos, mis problemas, mis alteraciones, a mi propio demonio y eso me hacía temblar. Mis lágrimas corrían por mis mejillas hasta caer por mi mandíbula y mis ojos despues de encararlo quedaron atrapados en esa profunda negrura.
Ahí pude ver a mis padres y las veces en que pelearon, también ví a mis hermanos y los momentos en que me ignoraron, ví el momento en que mi abuela murió, ví mis sueños rotos, las lágrimas que llore en soledad, vi los sentimientos que encerré en lo más profundo de mi ser, mi sed de compañia, atención, amor, me ví completamente como era, ví mi alma al desnudo, me ví a mí.