Demonios internos

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¡Solo para aclarar! ¡La voz con la que Cyrille sostiene la conversación es su propia voz! Su verdadero demonio interno, como su conciencia, es algo confuso pero, a veces nosotros mismos somos nuestros propios demonios ¿no? eso le agrega más lógica ¿no? entonces olvídenlo jaja.

~***~

El camino de regreso al departamento jamás se había sentido tan largo y solitario, me acostumbre tanto a la compañía, ahora de nuevo debo acostumbrarme a estar una vez más...


«Solo»


Mi ropa estaba empapada por la lluvia, lo cual me provocaba un horrible frío que me hacía tiritar, sumado al aire acondicionado que el transporte llevaba, aseguran congelarme completamente y posiblemente un resfriarme en un futuro. Desde la ventana se veía una costa que se hacía cada vez más lejana y un túnel que se aproximaba para llevarme de nuevo a la ciudad. El transporte se aproximaba veloz y constante a la entrada del túnel que se encontraba levemente oscuro con una salida algo iluminada por las luces citadinas, la luz empezó a bajar, y un escalofrío recorrío mi cuerpo entero haciéndome abrazarme a mi mismo para tratar de recobrar calor.

-¿Quieres un abrazo? -.

Una voz familiar de un albino conocido resonó en mi mente, al volver las luces giré mi rostro al asiento del lado, pero este se encontraba vacío. Un bufido lleno de ironía se escapó de mis labios y volví a llevar mi vista hacía la ventana que ahora mostraba la ciudad.

«Ignóralo Cyrille...ya estas alucinando.»

Una vez llegado a la puerta del apartamento, abrí la puerta, y empecé a quitarme la ropa mojada. Paré en seco y gire hacía la puerta.

-¡Ah! no vayas a dejar tu ropa mojada en el su...- voltee a la nada detrás de mi-.


«Cierto, estoy solo»


Cerré la puerta que había dejado abierta y dirigí la mirada a la ropa mojada que acababa de quitarme, lanzandola al suelo, terminé por desnudarme casi por completo y fui a buscar ropa seca. Tomé una frazada de mi cama y la almohada más grande que tenía en ella y fui al sofá. Me acomodé abrazando a la almohada tan fuerte como pude, me cubrí con la frazada y en silencio trate de dormir.


«¿Esto siempre fue tan silencioso?»


Casi como un adivino, a la mañana siguiente como predije, desperté con un resfriado. Pero a pesar de eso, tenía que trabajar, no puedo faltar, no a menos que este muriendo y no estoy tan mal.

O eso creí.

 ***

-¡Tienes una horrible fiebre! ¡Además estas pálido! ¡Me sorprende que hayas llegado hasta aquí! - comentó mi jefe pelirrojo. -¡Por Dios! debes ir a casa, pero en estas condiciones no puedo permitir que vayas solo.


«Pero ahora no hay nadie más»


-Quizás a tu amigo no le importe venir por ti- dijo sonriendo como si hubiese tenido la mejor idea del mundo

-¿Mi amigo?- le cuestioné

-Sí, el chico albino de lentes de sol.


«Noir...»


-Él...-pause meditando las palabras que usaría- Esta de viaje y no se cuando planea volver.

Living with a demonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora