Kumamon

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Jin tuvo que controlarse para no asesinar a Namjoon cuando llegaron a ese extraño parque de diversiones, afortunadamente los niños se habían quedado dormidos en el trayecto o todo se saldría de control, se aseguró de que sus hijos estén cómodos y jaló la oreja del moreno hasta que soltó un chillido de niña.

—No lo hiciste, dime que no lo hiciste

Namjoon saco siete pulseritas de colores de su abrigo mientras Jin intentaba golpearse contra el parabrisas gimoteando, necesitaba un respiro, acababa de terminar sus examenes finales, se la pasaba cocinando para los niños y lo único que necesitaba en ese momento era un respiro, no un fin de semana en Kumamonlandia con séis niños descontrolados, al menos debió decirle para prepararse mentalmente y traerse a Ken consigo.

— Bien, esto es lo que haremos— dijo con el ceño fruncido— Yo me encargaré de Hobi y Jimin, y tú de los tres terremotos

— ¿Has llamado terremotos a nuestros hijos?— preguntó sorprendido mientras miraba por el retrovisor a los niños— ¿Por qué?

— Yoon Gi es tu responsabilidad y si noto aunque sea un pequeño gesto de tristeza o incomodidad en mi copito, te juro que me voy con Ken y no vuelvo, Kim Namjoon—

Tragó grueso, su hijo mayor parecía ser muy tranquilo, quizás hasta le ayude con Tae y Jungkook, no debía preocuparse.
Empezaron a despertarlos de a pocos, Jimin se pegó a Jin en cuanto abrió los ojos y Hobi pareció entender todo a la perfección mientras sujetaba a su madre con una sonrisa.
Yoon Gi abrió los ojos lentamente para observar el lugar, un oso negro enorme los recibió en la entrada y como Jin esperaba, todo se descontrolo.

— ¿Mami, vamos por comida?— preguntó Jimin sonriendo— ¿Pizza?

— Pizza será— Jin volteó a ver como Namjoon intentaba separar a Yoon agi de Kumamon y negó divertido— Cuidado con mis hijos, Kim Namjoon

Bien...
Eso no se lo esperaba...
Yoon Gi era un loco fan de Kumamon, Jungkook no dejaba de correr de aquí para allá y Tae estaba perdido, sin duda Jin lo mataría lentamente.
Intentó guardar la calma pero cuando todos los niños desaparecieron entró en pánico, buscó por todos lados hasta que la odiosita vocecita por el intercomunicador le informó que sus hijos estaban en el centro de control.

— ¡Sí!— gritó espantando a todo mundo— Ojalá Jin no haya escuchado

Pero cuando llegó, Jin estaba ahí junto a Ken con los brazos cruzados y con todos los niños junto a él.

— Yoon Gi corrió hacia kumamon y Jungkook se fue tras Tae... y... — Jin suspiró decepcionado— ¿Qué hace Ken aquí? Sin ofender pero hasta que te cases, no me agradas

— Bien— contestó rodando los ojos— Jin, vamos a la tienda de anillos, nos casamos ¿Quiere ser testigo, Namjoon?

Jin suspiró frustrado mientras tomaba a Yoon Gi de la mano y se dirigían a la tienda de regalos para comprar un kumamon gigante.

— Papi, quiero ir a la montaña rusa— dijo Jimin con una sonrisa inocente— Mami dijo que tu nos llevarías

— Yo también quiero papi— chillo Hobi haciendo un baile raro—

— ¡Sí!—

Namjoon observó como Jin paseaba con Yoon Gi y Ken de la mano, parecían la típica familia feliz, sintió unas ganas asesinas tremendas pero las reprimio como el buen hombre nada celoso que era.

— Bien, llamemos a su madre—

— Ni lo pienses, Nam, odio las montañas rusas—

— Jin alguien tiene que acompañarles

¡Namjoon, eres un idiota! #TravelAwards2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora