Futuro

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Kim Namjoon abrió los ojos pesadamente, se removió en su cama y sintió un fuerte dolor en su cabeza.
Tiró algunas cosas a su paso, entre ellas un retrato de su familia.
Desde que sus hijos desaparecieron hace tres meses todo había ido de mal en peor.

— ¿Por qué te fuiste?—

Namjoon paseó su mano por encima del viejo retrato que había estado ahí técnicamente desde que compraron esa casa y soltó un suspiro, no debía preocuparae por sus hijos pero era inevitable pensar en ellos.
Tres años de ausencia dolían, más de lo que pudo creer o suponer, dolía tanto que día a día se sorprendía de despertar y no haber muerto por su ausencia.
Pero tenía que ser fuerte, muy fuerte, sus hijos le necesitaban.
En tres años muchas cosas malas habían pasado, Yoon Gi tenía esa extraña depresión por la que pasaba todo el día durmiendo, Hobi con su trastorno de ansiedad que no podía controlar, Jimin había desarrollado una fobia al mundo y sobretodo a los hospitales, Tae había adoptado un comportamiento tan raro que hasta daba miedo y Jungkook... su pequeña galleta nunca había dicho una palabra desde que Jin se marchó.

"Hola, soy Jackson, el jefe dijo que habías pedidos unos días ¿Está todo bien? ¿Quieres que te acompañe a ese lugar?"

Ignoró el mensaje, no necesitaba su compañía, solo la de sus hijos pero ellos estaban en un buen lugar justo ahora.

"Namjoon, soy Ken, pasaré por ti en diez minutos, sería bueno que te cambiaras"

Le.quedaban solo cinco minutos para cambiarse presentable, la voz de Jin resono en su mente para sacarlo de su ensoñación

"¿Otra vez borracho? Nam, esto no puede seguir así"

Claro que no podía seguir así, pero sus hijos no estaban y sin ellos no había un motivo para estar sobrio.
Escuchó que tocaban un largo rato, luego sintió que habrían la puerta y un castaño se coló en la entrada con una brillante sonrisa.

— Ah, Namjoon— dijo soltando un resoplido— Esto está asqueroso

Se paseó de allá para acá limpiando, agitando un plumero y barriendo incluso debajo de la alfombra, Namjoon sintió como se formaban las lágrimas en sus ojos, desvió la mirada y fingió formir en el mueble.

— ¿Quieres que prepare ramen?— eñ castaño soltó una risita amistosa— Puedo preparar bulgogi si quieres...

— Ramen está bien— gruño ocultandose—

— Bulgogi será entonces...—

El castaño se paseó con maestría por toda la casa mientras tarareaba una canción de las Girls Generation, su voz era hermosa y cálida, Namjoon sintió que su cuerpo se acostumbraba a esa melodía.

— Nam, arriba, vamos Nam...—

Namjoon abrió los ojos lentamente, el castaño seguía ahí, sonriendole como de costumbre mientras terminaba de arreglar el centro de mesa.

—¿Qué sucede?—

— Ya está la comida, Nam—

Se sentaron a comer en silencio mientras compartían miradas silenciosas, Namjoon no podía dejar de verle mientras el castaño revisaba su celular y soltaba risitas amistosas.

— Mira, Hyuk ha crecido un poco más que Hongbin—

Observó en el celular la imagen de dos chicos de no mas de dieciséis años, abrazados y sonrientes.

— ¿Son los gemelos incestuosos?—

— Lo son—

Ambos rieron, el castaño se puso de pie y lavó los platos, recogió sus cosas y se dispuso a marcharse.

— Espera, quédate a ver unas películas—

Lo pensó, tenía que volver a casa pero no podía dejar a su amigo en ese estado, se encogió de hombros, podía volver un poco más tarde...

— Está bien...—

Vieron desde comedias hasta películas de terror, el castaño tuvo que hacer muchos tazones de palomitas y pedir más de dos pizzas para estar completamente llenos.
Cuando el reloj marcó las ocho, el castaño se levantó con una mueca extraña en el rostro.

— Tengo que irme, Nam...—

— Está bien— solto el.moreno en un suspiro— No tienes que hacer esto, sabes...

— Eres un buen tipo, Nam...—

El castaño envío un mensaje, pronto vendrían a recogerle, sentía la mirada de Namjoon sobre él, sintió algo de pena por él pero trató de no demostrarlo.
El claxon sonó, el chico se acomodó la bufanda rosa que llevaba y regresó sobre sus pasos para dedicarle una última mirada al moreno.

— ¿Estarás bien?—

— Gracias, Ken...—

Ken asintió, no intentó despedirse de nuevo y avanzó al encuentro de Leo.
Ken y Jin eran tan parecidos que Namjoon no podía evitar pedirle que se hiciera pasar por él algunas veces.
¿Por qué no regresas, Jin?

¡Namjoon, eres un idiota! #TravelAwards2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora