XI. Eros

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Luego de que Dennis le contara todos los recuerdos que había visto con cada don que la Reina había extraído de él, Winnie lo volvió a abrazar. Él se dejó sin oponer resistencia, lo necesitaba, la necesitaba. Rodeo su cintura con los brazos y apoyó su rostro en su hombro y respiró profundo. Su aroma era embriagante, y traía consigo los recuerdos de su padre (aún no se acostumbraba a pensar así; aunque Diana y Paul fueron sus padres de crianza ellos nunca le pidieron que los llamara así). Si él no hubiera dejado ir a los padres de ella, no estuviera viviendo este momento.

Sintió las lágrimas agolparse de nuevo en sus ojos, pero las obligó a irse, ya había llorado lo suficiente. Ahora tenía que sobreponerse al golpe y seguir adelante. Las manos le temblaban, mas no sabía por qué, y con cada respiración algo en él se agudizaba, podía sentir el pulso de Winnie con claridad.

—Winnie —dijo y se separó de ella aunque sin salirse del abrazo—; gracias.

—¿Por qué? —preguntó ella, mirándolo con sus ojos azul cielo.

—Por todo. —Se acercó y la besó; con ternura y lentitud. Sin ella, si nunca lo hubiera detenido ese día cuando iba a cazar a Wayne, nada de esto habría pasado. Nunca hubiera notado que los monstruos son como ellos, nunca hubiera salvado a Wina y a su vez iniciado esa especie de búsqueda, y nunca hubiera sabido quién era. Se separó y le pasó el pulgar por la mejilla, sus garras de vampiro entorpecían un poco.

Winnie sonrió y llevó uno de sus dedos a sus labios, rozándolos con cariño; sintió como se detuvieron en sus colmillos.

—Te noto más triste que feliz, mi zing. —Las almohadillas de sus patas se sentían como seda.

—Estoy feliz —repuso—, es solo que... me pongo a pensar y siento que... —Suspiró—... me robaron la oportunidad de tener una familia. Aunque sea tan única como la mía. —Quitó una mano de la cintura de ella, le tomó la pata y entrelazó sus dedos—. Siento que tengo una oportunidad de seguir viviendo que no es exactamente mía. Si fuera mía no hubiera sido necesario intercambiar la vida de mis padres.

—Dennis... estás vivo por ellos. Me contaste que tus padres hicieron todo para protegerte y hacer que llegaras hasta aquí. Alégrate por eso. —Le apretó la mano con más fuerza—. No es malo alegrarse de estar vivo.

—Winnie, es difícil, toda mi vida busqué algo de mis padres y cuando lo encuentro me entero de que ambos, no solo uno, ambos, tenían ideas distintas y a la vez iguales. ¿Qué humano diría lo que dijo mi padre? ¿Qué vampiresa se enamoraría de un humano? —Unas lágrimas volvieron a caer, pero esta vez no eran de tristeza, eran de enojo—. Murieron por Abraham y ese lobo, si no hubiera sido por ellos... Me parece una vida robada.

—Recibida —corrigió ella, limpiándole una lágrima con la otra pata.

—Sé que ellos no querían que los vengara, pero ahora a lo único que le veo sentido es a la venganza. Mataré a Abraham, de eso no tengo duda.

—Lo sé. Créeme. Pero si nos dejáramos llevar por la venganza, Dennis, no estaríamos ninguno de los dos aquí. Estoy contigo en una pequeña cabaña en vez de asesinarte, así que da la sensación de que el corazón puede cambiar de opinión.

Dennis esbozó una sonrisa. Winnie se la devolvió, no esbozada sino amplia, y lo hizo recordar las sonrisas que había visto de ella, algunas perdidas y otras alegres, o la más hermosa que le había visto: cuando recién había despertado en su regazo luego de luchar contra los ghouls. Ella tenía razón, si se dejaba llevar por eso no llegaría a nada. ¿A cuál divinidad le caía bien como para que colocara a esa loba en su vida?

Entonces pensó en ellos.

—Winnie, si nosotros estamos juntos, ¿qué dirá tu manada? —preguntó—. Somos enemigos y estamos... somos Zing. —Ella sonrió cuando él dijo eso—. Mi padre creía que todos éramos iguales, sin importar si se era monstruo o humano. ¿Tendríamos que escondernos o podríamos estar juntos sin temor a que nos vean mal o intenten atacarnos?

Zing DiscordDonde viven las historias. Descúbrelo ahora