El mejor amigo de mi hermana [COMPLETA]

11 - Hago de agente secreto

—¿Lista, novata? —Lil miró a Beth con una sonrisa de superioridad.

—Lil —la voz de Izan hizo que se girase de inmediato y casi se pusiese a sus pies.

—¿Sí, señor? Permítame resaltar lo especialmente apuesto que se encuentra hoy —¿en serio? Izan sonrió.

—Gracias, Lil, tú también estás... apuesta. Quería avisarte de que Beth ya no está en prácticas, la he hecho fija. Hugo os dirá la nueva distribución de las mesas —Izan le guiñó un ojo a Beth sin que Lil le viese y se marchó. La experimentada camarera se giró hacia la "novata" y, después de comprobar que Izan ya no podía verla, se sirvió su típico whisky.

—Debiste de chuparle la polla pero bien —comentó —. Fija en dos días, ¿has sido actriz porno o algo así? —Beth respiró hondo, tratando de no sentirse ofendida. Como feminista, que todo el mundo presuponiese que había llegado hasta allí concediéndole favores sexuales al jefe era realmente repugnante.

—Limitémonos a hacer nuestro trabajo —dijo, fríamente. Lil se rio y alzó ambas manos, como si ella le hubiese apuntado con una pistola.

—No te pongas así, fiera. Todo el mundo sabe que, si sigues aquí, es por tu cara bonita y la confianza que te traes con Izan. He visto cómo le miras —Lil se acercó a ella en lo que pareció una pose amenazante. Beth pensó que aquella chica había perdido definitivamente la cabeza. ¿Como miraba a Izan? Por favor —. No eres más que una zorra aprovechada y, cuando Izan se dé cuenta de ello, te echará a la calle y volverá a llamarme a mí y solamente a mí cuando se sienta solo los sábados por la noche.

Lil se bebió de un trago el whisky y corrió a buscar a Hugo. Beth se quedó allí completamente confundida. Después, decidió centrarse en demostrarle a todo el mundo que no estaba allí a causa de inexistentes favores sexuales. A mitad de servicio, parecía caerle aun peor a Lil y a todos los demás, quienes veían que además podía hacer bien su trabajo. Carlos y Lil empezaron a chocarse intencionadamente con ella y se juntaban a la entrada, con sendos cigarrillos en la mano, mientras hablaban en susurros y la miraban a través del cristal de la puerta. Por suerte, Beth encontró una inesperada aliada.

—¿Qué tal tu tercer día? ¿Duro? —una chica joven con el pelo teñido de violeta la miró con una amable sonrisa. Beth la reconoció como la chica que recibía a los clientes y les sentaba en una de las mesas.

—Un poco —admitió.

—Sentí un poco de lástima por ti, porque te hubiesen asignado a Lil. Es realmente malvada. Y hace su trabajo de pena, pero Izan está como hechizado por ella. Me llamo Julia, por cierto.

¿Julia? ¿De qué le sonaba aquel nombre?

¡La ex de Izan que se hizo lesbiana!, ¿sería la misma?

—Yo soy Beth.

—Eres la hermana de Emma, ¿verdad? —Beth asintió —. La conocí cuando Izan y yo estuvimos saliendo juntos. Después empecé a sentirme más atraída por su mejor amiga y me dije: "vaya, aquí pasa algo".

Beth sonrió al imaginarse la situación. Ella y Julia pasaron el descanso juntas. Julia era realmente graciosa y la aliada que necesitaba Beth entre tantos enemigos. Cuando volvieron al trabajo, Beth trató de centrarse en sus mesas, pero después recordó que se suponía que tenía una misión secundaria. Cuando vio que Lil se servía la tercera copa, supo que no faltaba mucho para que la misión tuviese éxito. Disimuladamente, empezó a grabarla con su móvil mientras fingía escribir algo en su libreta.

—Oh, Dios —estaba diciendo Lil —. Ya me he cruzado con tres gilipollas como tú hoy, deberíamos prohibiros la entrada.

—¿Perdona?