Harry, Ron y yo estábamos paseando por los pasillos del castillo al anochecer. Se escuchaban las voces lejanas de los profesores provenientes de uno de los despachos, así que nos acercamos sigilosamente evitando encontrarnos con Filch.
- Una alumna ha desaparecido en la Cámara de los Secretos. -Oímos la voz de la profesora McGonagall. Yo abrí los ojos como platos.
Siguieron un rato hablando entre ellos y nosotros cada vez estábamos más sorprendidos y asustados. Lockhart se prestó voluntario para ir a rescatar a esa alumna. Una vez que fue a su despacho a "prepararse", la profesora Sprout preguntó:
- ¿Se puede saber qué alumna ha desaparecido, Minerva?
Mcgonagall guardó silencio por un momento.
- Ginny Weasley -dijo por fin. Yo me llevé las manos a la boca y miré a Ron. Estaba aún mas pálido que de costumbre. La cara de Harry reflejaba preocupación. Tras esa revelación, nos fuimos corriendo a buscar a Lockhart a su despacho.
- Sabéis que Lockhart va a escaquearse, ¿verdad? -dije mientras corríamos. Ya estábamos cerca. No podíamos llegar demasiado tarde.
- No se lo permitiré -sentenció Ron, y por fin llegamos a su despacho. Como suponía, estaba guardando sus cosas en un baúl.
- ¿A dónde va, profesor? -preguntó Harry mientras nos acercábamos lentamente. Lockhart se dio la vuelta asombrado.
- Oh... Eh... Me ha surgido una urgencia y tengo que marcharme. -Yo bufé y me miró.
- ¿Y qué pasa con mi hermana? -dijo Ron con un tono de tristeza que jamás le había escuchado emplear.
- Nadie lo lamenta más que yo, muchacho. -Dijo aceleradamente mientras seguía guardando cosas en su baúl.
- Usted no va a ir a ninguna parte. -Saqué mi varita y lo apunté con ella. Todos me miraron sorprendidos. Les di una mirada de advertencia a Harry y Ron y ellos también sacaron sus varitas.
Nos enteramos de que el profesor era un farsante que plagió los libros de otros autores, algo que suponía pero que a los chicos pareció extrañarles.
Llegamos al baño de Myrtle la llorona. Harry se quedó mirando por un rato los lavabos que había en el centro hasta que se quedó parado en uno de los grifos.
- Aquí es. -Señaló el grifo que tenía una serpiente grabada. Qué obvio.
Harry dijo algo en lengua pársel y los lavabos empezaron a moverse hasta formar una entrada. Harry y Ron me miraron.
- Tú quédate aquí, Danae -me dijo Ron.
- ¿Qué? ¿Estáis locos? ¡Yo quiero ayudaros!
- Nos vas a ayudar mucho desde aquí. Si oyes tres golpes secos, ve a buscar ayuda.
Discutimos por un buen rato y al final decidí hacerles caso. Primero saltó Lockhart, luego Harry y por último Ron. Yo suspiré y me senté con la espalda apoyada en uno de los lavabos.
Los minutos pasaban y los chicos no daban golpes. No sabía si eso era una buena o una mala señal. Después de un rato, escuché pisadas fuera del baño y me levanté. Por la puerta entraron los gemelos seguidos de Draco. Los dos primeros llevaban en la mano el mapa del merodeador.
- ¿Qué haces aquí sola? ¿Qué es esto? -preguntó Draco asomándose por la entrada de la Cámara. Lo agarré de la túnica.
- No te asomes tanto, que puedes caerte. Estoy haciendo guardia: Harry y Ron han entrado en la Cámara de los Secretos con Lockhart para buscar a Ginny. -se oyeron tres golpes secos y lejanos.- ¡Esa es la señal! Hay que buscar ayuda, chicos.
Salimos corriendo pero después de un rato los gemelos frenaron de golpe.
- Espera un momento -dijo Fred.
- ¿Estás corriendo sin rumbo o sabes a dónde vamos? -terminó George.
- Parece que no me conocéis, chicos. -Rodé los ojos.- ¡Al despacho de Dumbledore!
Le agarré la mano a Draco y corrí más, hasta que llegamos a la estatua.
- Sorbete de limón -la estatua dio paso a las escaleras y los cuatro subimos a toda prisa. Fawkes, el fénix del director, estaba en su sitio de siempre.- Hola, preciosidad. Necesitamos tu ayuda.
El fénix me miró con atención. Sonreí, le acaricié la cabecita y seguí hablando.
- Mis amigos, Harry Potter y Ronald Weasley están atrapados en la cámara de los secretos. ¿Crees que puedes ir a ayudarles?
Fawkes hizo una especie de gesto con la cabeza. Abrió las alas, agarró con el pico al sombrero seleccionador y voló hasta salir del despacho. Miré a los gemelos y les abracé.
- Ginny va a estar bien, Harry y Ron la salvarán. Ahora sólo queda esperar.
Salimos del despacho y volvimos al baño de Myrtle.
- Por cierto, ¿cómo que estáis juntos vosotros tres? -pregunté extrañada, no me había dado cuenta de lo extraño que era hasta ahora.
- Bueno -dijo George-, tu querido amigo Malfoy... -Hizo un gesto con las cejas, rodé los ojos.- Vino a buscarnos suplicándonos de rodillas que le dejásemos el mapa para buscarte.
- No estaba de rodillas -contradijo Draco. Yo reí.
- Así que como somos tan buenos y generosos, decidimos dejárselo. Pero con la condición de que nosotros íbamos con él -dijo Fred-. Porque si no...
- ¿Qué sentido tiene? -dijeron al unísono los dos gemelos. Yo reí de nuevo. Me encantaba que hicieran eso.
- Así que... Estabas preocupado por mí -me acerqué a Draco sonriente. Él se ruborizó. Los gemelos se rieron.
- Bueno... sí. No te encontraba por ningún lado -se encogió de hombros. Le apreté las mejillas sonriendo haciendo que él riera.
Pasamos un rato en ascuas, esperando a que los chicos volvieran, pero los minutos pasaban y no se oía ni un ruido proveniente del túnel de la Cámara. De repente, salieron del agujero Fawkes, que cargaba a Lockhart; Ron; Harry y Ginny. Todos nos levantamos corriendo y empezamos a vitorear. Los gemelos fueron a abrazar a Ginny, y Harry y Ron vinieron hacia mí, también miraron a Draco con el ceño fruncido.
- Gracias por mandarnos a Fawkes, no se qué habríamos hecho sin ti. -Harry me abrazó y yo sonreí, al abrazo se sumaron Ron, Ginny, los gemelos, y yo alargué mi brazo para unir a Draco, que parecía un poco incómodo.
[...]
El último día del curso llegó, en la cena, estábamos cenando todos en la mesa de Gryffindor. Mi vista se dirigió a la enorme puerta para encontrar a Hermione de pie, sonriente y mirándonos. Le di un golpe a Harry y a Ron para que miraran también y los tres sonreímos y nos levantamos a toda prisa. Hermione vino corriendo y me abrazó, luego abrazó a Harry y le dio un apretón de mano a Ron, lo que nos hizo reír a Harry y a mí. A lo largo de la cena, también llegó Hagrid de Azkaban, y nos dio las gracias a Harry, a Ron, a Hermione y a mí por haberle ayudado a que se descubra la verdad. Todo el Gran Comedor empezó a aplaudirle y a vitorearle, excepto Draco y sus amigos. La cara de felicidad de Hagrid me hizo soltar algunas lágrimas de emoción, igual que a Hermione.
Termina otro curso en Hogwarts.
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salvándote, draco malfoy;
Fanfiction"El amor es aquello que te hace hacer cosas que jamás pensaste que harías por nadie, ni siquiera por ti mismo." Danae Hudson está tan enamorada de Draco Malfoy que no se imagina una vida sin él, estando dispuesta a anteponer su vida a la de ella si...