La guerra ya había comenzado. Harry y los demás miembros de la Orden ya estaban en el castillo. Habían hechizos protectores en los límites, haciendo imposible el paso desde fuera.
Draco y yo estábamos tumbados en la cama cuando, de repente, el chico dio un jadeo de dolor.
- ¿Qué pasa? -Pregunté asustada.
- Es la hora. -Contestó. Nos tomamos de la mano y nos aparecimos en el castillo. Los alumnos corrían de un lado a otro, presas del pánico. Draco agarró a Crabbe y a Zabini y los cuatro nos dirigimos a la Sala de los Menesteres, donde se suponía que estaba Harry.
- Tú ve más atrás, ¿sí? No quiero que te vea con nosotros desde el principio. -Me pidió Draco. Yo asentí. Entonces, los tres entraron por la enorme puerta de la sala. Minutos más tarde, entré yo. Oía sus voces lejanas.
- Vaya, vaya... ¿Qué te trae por aquí, Potter? -Pude distinguir la voz de Draco.
- Podría preguntarte lo mismo. ¿Dónde está Danae?
- Tienes algo que me pertenece... -Le dijo Draco, obviando su pregunta.- Me gustaría recuperarlo.
- ¿Qué tiene de malo la tuya?
- Es de mi madre. Es poderosa pero no es lo mismo. -Yo ya estaba casi al lado.- No acaba de entenderme, ¿me explico? -Los tres apuntaban a Harry con sus varitas. Yo me encontraba a pocos metros de distancia, detrás del azabache.
- ¿Por qué no se lo dijiste? -Preguntó Harry.- A Bellatrix. Sabías que era yo... Y no dijiste nada. -Entonces se hizo un momento de silencio. Draco me miró a los ojos.
- Por ella. -Contestó, Harry se dio la vuelta y abrió los ojos sorprendido. Yo me lancé a abrazarlo.
- Lo siento tanto... -Susurraba en su oído. Él asintió.
- Estás a salvo... Es lo importante. -Sonrió levemente. Yo asentí con lágrimas en los ojos. Los tres Slytherins seguían apuntando a Harry con su varita, aunque Draco no la empuñaba con tanta fuerza como los otros dos. Yo me separé de mi amigo.
- Vamos, Draco. -Le decía Crabbe.- No seas blando... Acaba con él. -Draco me miraba. Podía notar como su labio inferior temblaba.
- Tranquilo... -Susurró el rubio.
- ¡Expelliarmus! -Gritó Hermione llegando con Ron a donde estábamos, desarmando a Draco. Al verme, mis dos amigos se sorprendieron, pero no era momento de entablar conversación. Draco, Crabbe y Blaise salieron corriendo.
- ¡Avada Kedavra! -Gritó Crabbe apuntando a mi amiga.
- ¡Protego! -Conjuré yo, parando el hechizo.- Como vuelvas a hacer eso te mato.
Entonces, Ron corrió detrás de Crabbe.
- ¡Es mi chica, capullo! -Gritaba. Hermione sonrió como una tonta y me abrazó. Pude notar como contenía un sollozo.
- Te hemos echado tanto de menos... -Susurraba. Yo no podía contestar.
Luego, Harry, Hermione y yo comenzamos a buscar la diadema de Ravenclaw, que había ido a parar a un montón de muebles viejos.
- ¡La tengo! -Exclamó Harry. Hermione y yo nos quedamos mirando la diadema. Podías notar la magia oscura con la que estaba hecha.
Entonces, oímos ruidos lejanos. Ron venía corriendo hasta nosotros.
- ¡Corred! -Gritaba.- ¡Goyle está incendiando la sala! -Se llevó a Hermione de la mano. Harry me agarró la mano a mí y los seguimos corriendo. Una llamarada en forma de serpiente nos perseguía. Llegó un momento en el que estábamos atrapados. No había salida. Fui retrocediendo hasta que tropecé. A mi izquierda, aparecieron unas escobas. Estábamos en la sala de los menesteres. Cada uno cogimos una, pero yo comencé a volar en dirección contraria.
ESTÁS LEYENDO
salvándote, draco malfoy;
Fanfiction"El amor es aquello que te hace hacer cosas que jamás pensaste que harías por nadie, ni siquiera por ti mismo." Danae Hudson está tan enamorada de Draco Malfoy que no se imagina una vida sin él, estando dispuesta a anteponer su vida a la de ella si...