Los meses pasaron volando. Con Dumbledore fuera del camino, Voldemort era más poderoso que nunca. La mansión Malfoy era el lugar donde se reunían los mortífagos, y yo ya había presenciado varias reuniones.
Me había estado mensajeando con Hermione últimamente y me contó dentro de poco sería la boda de Bill y Fleur. Me habían invitado, pero yo no podía aparecerme allí como si nada y celebrar esa boda junto a todos los demás.
Estábamos en otra reunión con el Señor Oscuro, Lucius estaba de vuelta en su casa y él y yo no nos llevábamos muy bien. Yo me encontraba a la derecha de Draco. Estábamos esperando a Snape.
Colgada del techo, estaba la profesora que impartía Estudios Muggles en Hogwarts. Yo no podía dejar de mirarla mientras Draco me agarraba la mano debajo de la mesa.
- Severus... Empezaba a preocuparme que te hubieras perdido. -Le dijo el señor tenebroso cuando el profesor Snape llegó a la mansión.- Ven, te hemos reservado un asiento... Traerás noticias, confío. -Draco me miró y yo suspiré.
- Tendrá lugar el próximo sábado, al anochecer. -Contestó el pelinegro.
- Yo he oído otra cosa, mi señor... -Replicó un mortífago del cual no sabía el nombre.- Un auror dijo que a Potter no se le trasladará hasta el día treinta, es decir, la noche antes de que cumpla diecisiete.
- Eso es una pista falsa. -Contradijo Snape.- La oficina de aurores ya no juega ningún papel en lo que a Harry Potter se refiere. Sus más allegados creen que nos hemos infiltrado en el Ministerio.
- Y con razón, ¿no os parece? -Bromeó el mortífago que estaba a mi otro lado y casi todos rieron.
- ¿Qué dices tú, Pius? -Le preguntó Voldemort a otro. Nagini daba vueltas alrededor de la mesa.
- Se oyen tantas cosas, mi señor... Si la verdad está entre ellas, no está claro.
- ¡Ja! -Rió falsamente Voldemort.- Hablas como un político... Serás de lo más útil, Pius... ¿Dónde llevarán al chico? -Le preguntó esta vez a Snape de nuevo.
- A una casa franca. Muy probablemente de alguien de la Orden. La casa habrá recibido todo tipo de protección posible, una vez allí será inútil atacarle...
- Mi señor... -Susurró Bellatrix.- Quisiera ofrecerme voluntaria para esa misión. Quiero matar a ese chico.
Justo en ese momento se oyeron gritos de dolor provenientes del sótano.
- ¡Colagusano! -Le gritó Voldemort al animago.- ¿¡No te he pedido que mantengas callado a nuestro invitado!?
- Sí... Mi señor... -Contestó este, tartamudeando.- Ya voy, mi señor...
Voldemort se dirigió de nuevo a su seguidora más fiel.
- Por inspiradora que encuentre tu sed de sangre, Bellatrix, he de ser yo quien acabe con Harry Potter... Pero me enfrento a una desafortunada complicación. Mi varita y la de Potter comparten un mismo núcleo... Son, por así decirlo, gemelas. Podemos herirnos el uno al otro pero no fatalmente... -Puso su varita en la mesa.- Si he de matarle, he de hacerlo con la varita de otro... -Se puso detrás de mí, rozándome el pelo con sus esqueléticos y podridos dedos.- ¿Qué me dices tú... -Draco me agarró fuertemente la mano, yo contenía la respiración.- ...Lucius? -Di un suspiro de alivio.
- Mi señor... -Balbuceó este.
- ¿Mi señor? -Lo imitó Voldemort.- Requiero tu varita, Lucius. -Le dijo tendiéndole la mano y Lucius puso su varita en ella, mientras sus manos temblaban.- ¿Detecto olmo?
- Sí, mi señor... -Susurró Lucius.- Y corazón de dragón.
Usó la varita para mover a la profesora de Estudios Muggles al centro de la mesa, justo delante de Draco y de mí.
- Para aquellos que no lo supieran, esta noche se ha unido a nosotros la señorita Charity Burbage, quien hasta hace poco enseñaba en la escuela Hogwarts de Magia y Hechicería... Su especialidad eran los Estudios Muggles. -Todos los mortífagos rieron en burla.- La teoría de la señorita Burbage es que los muggles no son distintos a nosotros... Según su opinión, somos semejantes a ellos. -Bellatrix hizo un ruidito de asco, y los demás volvieron a reír.- Para ella la combinación de magia y sangre muggle no es una abominación, si no algo que debe incentivarse...
- Severus... -Le susurraba la profesora a Snape.- Severus, por favor... Somos amigos...
- ¡Avada Kedavra! -Exclamó Voldemort, quitándole la vida a la profesora. Yo di un bote en mi asiento y comencé a llorar en silencio. Draco acariciaba el dorso de mi mano con su pulgar.- Nagini... -Le susurraba a la serpiente mientras la acariciaba. Yo no podía dejar de mirar el cuerpo inerte de la profesora, mientras notaba como me temblaba el labio.- Tu cena...
Y la serpiente se abalanzó sobre el cadáver, desgarrándolo por completo. No podía hacer otra cosa que no fuera aguantar los sollozos. Fijé mi vista en la mano de Draco entrelazada con la mía.
La reunión acabó y Draco y yo subimos a su habitación cuando todos los mortífagos y Voldemort se fueron. Arriba, el rubio empezó a patear y golpear todo lo que se encontraba a su paso.
- ¡Todo es una mierda! Se suponía que no ibas a formar parte de esto... Que simplemente estarías aquí, en mi habitación, mientras todo esto pasaba... Y luego estaríamos viviendo aquí, juntos, sin preocupaciones...
- Ya vale, Draco. No voy a dejarte sólo ahí abajo, con él. -Dije mientras me acercaba y ponía mis manos en sus mejillas.- Te amo. -Susurré y él sonrió ampliamente, en sus ojos se distinguía un brillo que no había visto jamás.
- Te amo más que a mí mismo. -Confesó para después besarme. El beso se tornó apasionado, y creo que ya os imagináis lo que pasó después. Perdí la virginidad con el hombre que más he querido en el mundo.
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salvándote, draco malfoy;
Fanfiction"El amor es aquello que te hace hacer cosas que jamás pensaste que harías por nadie, ni siquiera por ti mismo." Danae Hudson está tan enamorada de Draco Malfoy que no se imagina una vida sin él, estando dispuesta a anteponer su vida a la de ella si...