El verano en La Madriguera estaba siendo de todo menos aburrido. Una parte de éste la pasamos los Weasley y yo en Egipto, visitando a Bill, el mayor de los hermanos Weasley. Me lo pasé realmente bien, explorando las catacumbas y pirámides con los gemelos, probando la gastronomía egipcia con Ron y haciendo fiestas del pijama de noche con Ginny.
Me había estado mandando cartas con Draco todos los días, y realmente sentía que le echaba de menos.
Cuando sólo quedaba un día para la vuelta a Hogwarts, los Weasley, Hermione y yo fuimos a alojarnos al Caldero Chorreante para ir a recoger a Harry. Hermione se había comprado un gato al que llamó Crookshanks, un gato casi igual de inteligente que ella, el cual estaba todo el día acechando a Scabbers, la rata vieja de Ron.
- Es solo un gato, Ronald -le dijo Hermione después de que Ron volviera a meterse con él por ir detrás de Scabbers.
- ¿Un gato? ¿Eso te han dicho? Mas bien parece un demonio -sentenció acariciando al cepillo peludo y fétido que tenía como rata.
- Tranquilo Crookshanks, ignora al enano mental -bramó Hermione acariciando a su gato. Vi a Harry que nos miraba desde las escaleras.
- ¡Harry! -Exclamé sonriente, lo que hizo que Hermione y Ron se dieran la vuelta y lo miraran. Harry me sonrió.
Bajó y los cuatro nos abrazamos. Ya estábamos los juntos otra vez.
Las cartas de Hogwarts ya habían llegado, y Arthur me firmó el permiso para ir a Hogsmeade, igual que hizo con Ron. Mentiría si digo que no hecho de menos a mis padres, pero el verano con los Weasley me está demostrando que al fin y al cabo sí pertenezco a una familia.
[...]
Estábamos yendo a coger el tren, todos juntos, en familia. Mi lechuza y la de Harry iban en sus jaulas, mientras que Hermione llevaba a su gato y la señora Weasley llevaba a Scabbers. Ojalá a Ron se le olvidara.
- Pasad vosotros primero esta vez, no vaya a ser que se os cierre la entrada por accidente -les dije a Ron y a Harry, lo que hizo que los gemelos se rieran. Mis dos amigos pasaron primero y luego lo hicimos Hermione y yo, seguidas por los gemelos, Ginny, Percy y los señores Weasley. Faltaban cinco minutos para las once.
- Cuídate Danae, cariño -me dijo la señora Weasley acariciándome la cara-. Sabes que puedes escribirnos para lo que sea.
- Pero manda a tu lechuza, Errol es muy torpe -dijo el señor Weasley y me reí. Les di un abrazo a ambos, cogí mi baúl y me metí al tren. No había visto a Draco en la estación y realmente me extrañó. Quizá ya estaría dentro. Noté que detrás de mí venían mis tres amigos. Buscamos un compartimento libre y encontramos uno, pero había alguien durmiendo en él.
- En este, el resto está lleno -dije, abriendo la puerta y entrando. Me senté al lado de la persona que dormía.
- ¿Quién creéis que es? -preguntó Ron mirándolo con interés. Tenía la cara tapada por una manta.
- Es el profesor R.J. Lupin -dijo Hermione.
- ¿Por qué siempre lo sabe todo? -cuestionó Ron mirándonos a Harry y a mí. Yo rodé los ojos.
- Lo pone en su maleta, Ronald -dije señalando el baúl que estaba en el compartimento.
- ¿Creéis que duerme de verdad? -dijo Harry, que aún estaba de pie vigilando el pasillo. Todos asentimos.- Bien, porque que contaros algo. -Cerró la puerta y se sentó.
Nos contó todo acerca de Sirius Black. Yo había oído al señor Weasley decir algo, pero no estaba segura de qué hablaba y tampoco quería preguntar.
De repente, el ambiente empezó a ponerse frío. Ron y yo nos miramos. El tren paró de golpe.
- ¿Qué está pasando? -preguntamos Ron y yo a la vez.
- Aún falta bastante para llegar -dijo Hermione-, debe ser alguna avería.
Ron estaba mirando por la ventana. Los cristales de ésta y el agua que el profesor Lupin traía se congelaron. Dentro de mí, sentía como si nunca más iba a volver a ser feliz.
- Alguien está subiendo al tren -dijo Ron con pánico. Harry, instintivamente me agarró la mano. Hermione al verlo sonrió.
Las luces del tren se apagaron, lo que me provocó el doble de miedo y le apreté la mano a Harry. Una figura completamente negra empezó a avanzar por el pasillo y se paró en la puerta de nuestro compartimento. Ahogué la respiración. Ron me agarró del brazo y me puso a su lado, abrazándome mientras temblaba. Era un dementor. Con un movimiento de mano abrió la puerta y yo abracé mucho más fuerte a Ron. El dementor se acercó a Harry y empezó a absorberle el alma. Por instinto, desperté al profesor Lupin. Ni siquiera podía moverme del frío que tenía, de la respiración me salía vaho y notaba mis pulmones congelados.
El profesor se levantó corriendo y conjuró un hechizo llamado Expecto Patronum, que ahuyentó al dementor. Harry se había desmayado. Hermione, Ron y yo estábamos pálidos. Las luces volvieron a funcionar y aparté a Ron lentamente de mí, pues seguía abrazándome y temblando. Me acerqué a Harry, le acaricié el pelo y le llamé para que despertara. Al cabo de un rato, lo hizo. Me miró con una leve sonrisa y se incorporó en el asiento.
- ¿Ninguno os habéis desmayado? -nos preguntó.
- No, Harry -dijo Hermione.
- Pero... sentía como... -empezó a hablar Ron.
- Como si nunca más volvería a ser feliz. -Terminé de decir. Todos asintieron.- Bueno, chicos, voy a dar una vuelta por el tren para ver qué mas ha pasado.
Realmente quería saber si Draco estaba bien o no. Nada más salir de mi compartimento, lo vi corriendo por el pasillo en mi dirección.
- Gracias a Salazar que estás bien. -Dijo el rubio mientras me abrazaba y me besaba la coronilla de la cabeza. Me hizo sonreír. Cuando se separó de mí, pude observarlo detenidamente. Había crecido notablemente desde el curso pasado, su pelo ya no estaba engominado hacia detrás, sino que caía leve por su frente. Ahora me sacaba una cabeza, cuando el curso pasado teníamos la misma estatura.- ¿Quieres una foto? Dura más. -Bromeó mientras reía.
- Idiota. Has cambiado mucho. Ahora estás... más...
- ¿Guapo? -preguntó. Me lo pensé un momento y finalmente asentí, divertida. Él dio una carcajada. Creo que soy la única persona de Hogwarts que lo ha oído reír tan limpiamente, sin ningún deje de superioridad en su risa.
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salvándote, draco malfoy;
Fanfiction"El amor es aquello que te hace hacer cosas que jamás pensaste que harías por nadie, ni siquiera por ti mismo." Danae Hudson está tan enamorada de Draco Malfoy que no se imagina una vida sin él, estando dispuesta a anteponer su vida a la de ella si...