La fiesta

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Rebeca era la chica más popular del instituto. Era delgada y tenía su largo cabello rubio y liso siempre perfecto. Sus ojos eran negros y escondía una cierta maldad en ellos. En realidad, nunca me llevé muy bien con ella. Simplemente no hablábamos demasiado.

—Ah —dije, tratando de ocultar que me había dolido.

—¿Y qué Jess? ¿A ti que más te da ese chico? —preguntó al ver mi careto. —Nada Sally... oye ¿Vamos a ir a la fiesta de la playa? —dije intentando disimular. De nuevo.

La fiesta en la playa era una tradición en mi instituto. Es decir, era un evento muy importante, ya que se convertía en una orgía a partir de las 2 a.m. Todas las chicas soñaban con ir con alguien del instituto y presumir de su pareja en la playa y todos los chicos soñaban con "la hora".

—¿Para qué preguntas si sabes que si? —dijo mirándome de una forma extraña.

—No se si voy a ir Sally... —dije, y mis palabras sonaron como un puñal para ella.

—Jessica, es el evento más importante del instituto y tienes que ir, va a ser genial y te lo perderás por quedarte en casa con tus libritos en vez de estar bailando —dijo bailando y intentando bromear conmigo.

—Me lo pensaré ¿vale? —dije finalmente.

—Vale, te recojo a las 5 —rió por haber conseguido lo que pretendía.

Nunca me ha gustado ir a ese "evento", siempre me ha parecido un fiasco. El año pasado me emborraché porque no había nada más interesante que hacer y estuve vomitando toda la noche mientras medio instituto se magreaba a mi alrededor por no añadir que fui sin pareja. Y no porque no tuviera pretendientes, supongo que ninguno encajaba en mi fuerte personalidad.

—Este día va a ser interesante...—pensé.

Quedaba una hora para que Sally viniera a recogerme para ir a la maldita fiesta en la playa así que decidí empezar a arreglarme. Me puse un vestido ibicenco que quedaba muy bien con el moreno pronunciado que lucía mi piel.

—¡Jessica! —exclamaba mi madre desde el piso de abajo.

—¡Voy! —dije apresuradamente antes de que Sally viniera y me arrastrase a la puerta.

Bajé a toda prisa las escaleras, me despedí de mi madre y me monté en el coche de Mike con Sally. Siempre quise tener una relación como ellos, son muy buenos novios. Se quieren muchísimo y se les nota, cuando se miran saltan chispas como la primera vez que se miraron. Estaba claro que acabarían juntos.

Al llegar nos encontramos con una playa llena de borrachos para variar. Nos dirigimos a nuestro grupo de amigos y nos dispusimos a beber. Me contaron que habían alquilado cabañas que se encontraban cerca de la playa para la hora. Me sentía ridícula. Quería irme a casa pero las ganas se esfumaron cuando vi a un chico con un cuerpo musculoso y me obligo a mí misma a no mirar, no quiero llamar la atención.

Pero no puedo evitarlo cuando veo que se acerca hacia nosotros.

Frágiles ©| COMPLETADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora