¿Es lo que estoy buscando?

1.5K 66 0
                                    

Tras ese día tan especial en aquel maravilloso lugar, Collin y yo no parábamos de estar juntos. Era una conexión especial, no teníamos que hablar para  entendernos. Sin embargo, no podía evitar pensar en Liam. Sabía que mi fantasía con Collin acabaría en cuanto viese a ese chico que no sale de mi cabeza desde que le vi por primera vez en aquel autobús. Cada vez que estaba con Collin, lo comparaba con Liam en mi cabeza, sin quererlo pero queriendo.

También otras cosas habían cambiado en mi vida desde entonces. Sally estaba muy rara conmigo, y necesitaba una respuesta de su parte ante mis 35 llamadas perdidas. Me estaba evitando y necesitaba saber por qué.

Esa noche había una fiesta, y aunque fuera extraño en mi, me apetecía ir. Entonces llamé a Sally de nuevo, aunque seguía sin obtener respuesta. Cuando llegué a casa, Collin se encontraba en mi portal. Entonces me dispuse a contarle los planes de la fiesta.

—No tengo ganas, quédate aquí, es un rollo de fiesta —dijo desmoronando mis esperanzas de ir.

—Pero a mi me apetece Collin, será divertido —dije intentando levantarle del sofá sin éxito.

—No me convencerás —dijo, y finalmente accedí a quedarme, sabiendo perfectamente que controlaba mi vida en esos instantes.

Pasamos toda la tarde en casa viendo memorables películas que tanto nos gustan y cuando llegó la noche recibí cientos de mensajes, repletos de vídeos que mostraban la diversión de las personas que estaban en aquella fiesta mientras yo estaba en el regazo de Collin. Me sentí vacía, ¿tenía que dejar de ser yo misma por alguien?

Y en ese instante me pregunté;

¿Era lo que estaba buscando?

No podía dormir. Aunque tenía el cuerpo de Collin pegado a mi lado no podía dejar de pensar en qué era lo que necesitaba. ¿Era realmente feliz en mi vida? Tenía a un buen chico a mi lado, pero no puedo ser yo misma y eso me perturbaba.

Al día siguiente, Collin se fue muy temprano. Entonces, aproveche para ir a casa de Sally, ya estaba cansada de no saber nada de ella.

Llegué a su casa y me abrió una chica muy diferente a la que conocía. Su mirada era fría y me recibió con un semblante serio, muy poco propio de ella.

—Pasa —dijo, y eso hice.

Llegamos a su habitación y nos sentamos en el borde de su cama. Sally miraba al suelo, y tomé la iniciativa porque necesitaba saber qué le pasaba.

—¿Va todo bien?, has estado ignorando mis llamadas —dije intentando obtener una respuesta.

Mientras tanto, se dignaba a mirar al suelo y, de repente, comenzó a llorar. Entonces se apoyó en mí y aunque buscará una razón, no podía encontrarla.

—¿Que pasa? —le dije preocupada, ya que el echo de que Sally llorara era muy impropio de ella.

Cuando se sintió un poco mejor me tranquilicé, sentí una liberación que necesitaba.

—No sé que me pasa, nada va bien con Mike— dijo sollozando.

—¿Por qué? —dije muy impactada, ya que eran la pareja perfecta.

Mike y Sally se conocieron en el instituto, por lo que compartieron toda una vida juntos. Mike ha sido mi amigo desde siempre, pero nunca pensé que nada entre ellos fuese mal, es más, nadie lo hacía.

Tras consolarla unos minutos más, empezó a contarme lo que realmente le ocurría.

—Soy tu amiga, recuerda que me puedes contar todo —dije, y entonces ella añadió: -Está bien.

—¿Recuerdas aquel día que te hablé de Collin? —dijo.

—Si, ¿por qué? ¿Qué tiene que ver mi novio en esto? —dije confundida.

—El caso es que desde que le vi por primera vez sentí algo especial, y así lo hizo él también o al menos es lo que quise pensar. Me buscaba la mirada constantemente, me llevaba en su coche al salir de clase.... Lo peor es que nos besamos. Y he estado evitándote porque besé a Collin estando contigo, ¡pero yo no tenía ni idea! Yo solo vi las miradas y me puse celosa —dijo sin poder mirarme a los ojos.

En ese momento, sentí como mi vida se desplomaba.

—¿Y qué pasa con Mike? ¿¡No pensaste en el ni un solo segundo?! —dije levantándome fuera de mí y automáticamente cerré de un portazo. Me fui llamando a Mike para contárselo, necesitaba decirle que nada de lo que tenía con Sally era real.

Entrando a mi casa, Mike por fin me cogió el teléfono.

—Necesito que vengas a mi casa, es importante —dije rápidamente.

A continuación después de su llegada subimos a mi habitación. Mike se sentó en el borde de mi cama y yo estaba tan furiosa que no podía pensar, solo quería que la mentira se terminase porque sabía lo que Mike quería a Sally.

—He estado en casa de Sally y me ha contado algo que tengo que contarte más bien debo —le dije mirándole a los ojos.

¿Y bien? —dijo impaciente.

Entonces la entrada de una Sally desesperada dio un giro de los acontecimientos.

Frágiles ©| COMPLETADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora