Triángulo amoroso.

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Me levanté a la mañana siguiente, pensando que a mi lado estaría Liam, pero la realidad me pegó directamente cuando no lo vi. Entonces sacudí la cabeza, y volví a la cruda realidad.

—Buenos días —dijo Jake desde la puerta, tan encantador como siempre.

—Buenos días —dije sonriendo.

A continuación revisé el móvil, y no me sorprendió ver las 34 llamadas perdidas de mi madre. No quería verla, mi rebeldía duraría mucho más de lo que ella pensaba.

Un sol reluciente que intentaba entrar por la cortina me recordó que debía levantarme pero en realidad no quería enfrentarme al mundo real. Jake me preparó el desayuno, e incluso me ofreció llevarme a la universidad, aunque me negué.

Jake era demasiado bueno para mí, yo necesitaba a alguien que le diera luz a mis días, y Jake nunca podría aportarme lo que necesito, y menos yo lo que el se merece.

Llegué a la universidad y Sally me estaba esperando en la puerta como siempre.

—¿Sabes que? —dijo con un nerviosismo normal en ella.

—¿Qué ha pasado? —dije curiosa.

—Ha venido un chico nuevo—dijo con una expresión que indicaba que era muy atractivo.

—¿y? —dije sabiendo que hasta que no lo viera no iba a parar.

—Míralo, está justo allí. ¿No es para comérselo? —dijo embobada.

—Tienes a Mike, ¿recuerdas?—dije sería.

Entonces, vi al chico. Era muy alto y rubio. Sus ojos eran color canela y se centraron en mí cuando me sonrió dulcemente. —Es casi tan guapo como Liam—pensé.

Le sonreí de vuelta. No sé porqué lo hice, pero lo hice. A continuación entre a clase y me sorprendió ver a Liam.

Este me siguió con la mirada y no me quitaba ojo de encima. Yo en cambio, luchaba con mi interior y actué como si no lo hubiera visto. Entonces, el chico nuevo hizo lo mismo que Liam y se sentó a mi lado sin quitarme ojo de encima. A continuación y sin esperármelo, se apoyó en mi mesa, mirándome a los ojos con media sonrisa en sus labios.

En esos instantes sabía que Liam nos estaba mirando, y decidí seguirle el juego delante de él.

—¿y bien? —dije finalmente.

—Perdona, estaba admirando tu belleza —dijo, sarcástico.

En ese momento, supe de la palabrería del chico nuevo, que me producía risa.

—Soy Collin —dijo sentándose a mi lado

—Jessica—dije sonriendo.

—Jessica... embriagador—dijo mirando al frente con una media sonrisa en su rostro.

No pude evitar observar a Liam que miraba a Collin com rabia. —Se lo merece—pensé. Entonces entró Rebeca y al percatarse de mi presencia me lanzó una mirada de odio.

Collin era realmente atractivo. Cada vez que lo miraba lo era más. La forma culta que tenía de hablar me fascinaba, había pocos como él en la universidad. Le gustaba la escritura, punto fuerte que teníamos en común, y ese era un tema del que no parábamos de conversar.

Al salir hacia el aparcamiento, este se ofreció para llevarme a casa y preferí irme con él. En el camino, encontré la mirada de Liam que me miró sorprendido de pie frente a su coche. Sabía que le asustaba Collin, porque él sabía que me podría llegar a gustar tanto como él. Y tenía razón.

Frágiles ©| COMPLETADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora