No te vayas

920 45 8
                                    

—Tu madre me dijo que te encontraría aquí. ¿como estás? —dijo amablemente mientras se acercaba a mi.

—Vete —dije quitando sus brazos de mi cuerpo.

—Se que estás enfadada, pero déjame explicarte —dijo intentando cogerme las manos.

—Creo que deberías irte —dijo Walden, posicionándose entre nosotros dos en posición desafiante.

—Está bien, ya hablaremos en otro momento— dijo finalmente, y agradecí que lo hiciera porque no quería que me viera llorar, no se lo merecía.

Me senté con las manos en la cabeza, y Walden se aproximó a mi, abrazándome.

—Cuando estés más tranquila me contaras quién es ese tipo ¿de acuerdo? —dijo tras darme un beso en la cabeza.

Y asentí, mientras seguía abrazándole. Tras un rato, me tranquilicé. Fuimos a una colina en la playa, apartados de todo el mundo.

—Aquí estaremos bien —dijo Walden cabizbajo.

Nos sentamos en una gran piedra y el silencio se apoderó de los dos.

—¿Vas a contarme eso? —dijo esta vez mirándome a los ojos.

—Es mi ex —dije evitando su mirada.

—¿Le querías mucho, ¿verdad? —dijo agachando la cabeza.

—Muchísimo —dije a media voz.

—No deberías hablar con el —dijo enfadado.

—Debo acercó, tengo que saber el por qué de todo lo que pasó —dije colocando mis manos sobre su rostro.

—¿Es todo tan fácil ahora contigo? —dijo apartándome las manos. —¿Sabes qué? Está bien Jessica, deja que te haga daño, pero no estaré aquí para ti cuando ese tío te abandone de nuevo —dijo, y se fue, dejándome sola.

Entonces, tras muchos suspiros y llantos, cogí mi móvil y llamé a Liam

—Vamos a tener esa charla de la que hablas—dije.

Apareció antes de lo que me esperaba, en el mismo lugar. Se sentó a mi lado y comenzamos a conversar.

—Lo que hice, fue por miedo. Pensé que te olvidarías de mi al instalarte al marcharte a otra ciudad diferente, que conocerías chicos nuevos y ya nada sería lo mismo —dijo, cosa que me enfureció.

—Tu nunca me quisiste, Liam. Miraste por ti mismo y no te interesaste por mis sentimientos. Yo te quería, y tú nunca me demostraste que lo hicieras, márchate y no vuelvas, será lo mejor para todos—dije sin poder mirarle a la cara.

Mientras caminaba, me sentía viva. Dije adiós a mi pasado, a lo que me mantenía unida a mi antigua ciudad, a mi antigua yo. Estaba cansada de esperar poco de los demás, necesitaba a alguien que no me hiciera sufrir. Entonces me despertó de mis pensamientos la figura de Walden en la orilla de la playa. Estaba solo, con su mirada fijada en el mar. Me senté a su lado y ninguno articuló palabra hasta que finalmente dijo

—¿Vas a volver con el? —dijo.

—Para de subestimarme! —dije levantándome, cosa que hizo el también.

—Espera— dije al ver que se marchaba. —No puedes irte —supliqué.

—Mírame —dijo caminando.

—No voy a volver con él —grité, cosa que hizo que parara de caminar. —Porque apareciste tu y eres todo lo diferente a lo que siempre tuve. No puedo dejarte ir, quédate conmigo —dije, acercándome a él.

—Nunca me iría—dijo para mi sorpresa, junto a miles de besos.

Frágiles ©| COMPLETADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora