Hermosa Pesadilla (Suga y Tn___)

CAPITULO 40

Desperté en una habitación completamente oscura, aturdida, me levante del piso y trate de descifrar donde me encontraba, en segundos, mi vista logro acostumbrarse y pude distinguir el lugar, era mi habitación, el brillo de la luna entraba por la ventana.

¿Cómo llegue aquí?

Gotas resbalaban por la ventana, el aire frio hizo que me abrazara a mí misma, frote mis brazos dándome algo de calor, el sonido del teléfono en la planta baja hizo que me sobresaltara

Una voz hizo que me acercara a la puerta y la abriera lentamente.

-¿Diga?-

Nam Joon contesto desde abajo, unos segundos después de un inquietante silencio volvió a hablar.

-¿Qu-que?-

Era la voz de Nam, solo que ahora, parecía a punto de, llorar.

-Yo-yoon gi... -

Mi corazón comenzó a latir desenfrenadamente, camine a las escaleras y justo antes de bajarlas el ruido de las llantas de un auto derrapando acompañado de un fuerte relámpago se hicieron presentes, las lágrimas resbalaron por mis mejillas, segundos después se escucharon vidrios rompiéndose, intente correr escaleras abajo pero mis piernas parecían estar pegadas al piso, mi corazón dolía sin razón aparente, desesperada, comencé a gritar el nombre de Yoon GI, nadie venía a mí, me desespere aún más y grite a todo pulmón, mi garganta estaba a punto de desgarrarse, aun así, nadie venia mi.....

No había señal alguna de Suga...

Desperté con sudor en la frente, mi pecho subía y baja una y otra vez, mire a mi alrededor desesperada, cuando solo vi árboles y el piso de tierra con ramas y hojas me recargue en el árbol y suspire aliviada, una última lagrima resbalo por mi mejilla.

Solo había sido un sueño.

Pero se había sentido tan real...

-Gracias a dios-

Abrí los ojos y lo vi parado frente a mí, su ropa estaba desordenada al igual que su cabello con algunas ramas en él, tenía pequeños rasguños en la cara, mi corazón se encogió, pero todo empeoro cuando vi sus ojos llorosos, sin previo aviso me abrazo, tarde en procesar lo que estaba pasando, finalmente lo abrace con todas mis fuerzas, el sueño seguía presente en mi mente, los sonidos del auto, los vidrios rotos...

-Lo lamento tanto-

Sollozo sin dejar de abrazarme.

- Lo siento tanto, tanto, soy un verdadero hijo de...-

-No-

Lo interrumpí.

Se separó de mí lentamente, entonces pude ver su rostro empapado por las lágrimas, algunas seguían resbalando.

-¿Qu-que?-

Dijo apenas.

Me acerque a él y, delicadamente seque las lágrimas con mi pulgar, el me miro algo extrañado.

-No eres un hijo de nada-

Sonreí levemente.

El negó y retiro mi mano delicadamente.

-No, no lo niegues, soy un idiota y lo sabes perfectamente-

Miro a un lado y cerró los ojos.

Esta vez negué yo.

-Todos tenemos altibajos, Suga, nadie es perfecto-

Volvió a mirarme.

-Ese es el problema, yo...quiero ser perfecto para ti-