vinte e um

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Narra Pedro:

Desperté y bostecé, vi el reloj y ya eran las 10:50 am; me acomodé como pude en la cama y miré a mi lado izquierdo, ahí estaba él.

Parecía un bebé durmiendo, sus largas pestañas cumbriendo sus ojos y me estaba abrazando.

Me acerqué a él y besé su cabeza a lo que reaccionó moviendose un poco.

—Hey, despierta —le susurré al oídoo
mientras lo movía suavemente.

—Cinco minutos más —dijo acurrucandose en mí.

—Van a ser las 11, —reí.—ya es tarde.

—Al menos tú dormiste en el avión, —dijo mientras abría sus hermosos ojos cafés.— yo no pude dormir nada.

—No puedo dormir en los aviones — reí.

—Buenos días —dijo él saliendo del tema a lo que reí —La burlona entonces.

—No te salió — dije riendo por lo raro que le salió la imitación.

Él sonrió y se levantó de la cama para postetiormente estirarse.

Admito que no sé porque se sacó la franela pero me encantó horrible.

—La desnuda —reí mientras me levantaba.—¿Donde esta el baño? Quiero ducharme y cambiarme de ropa, esta es de ayer.

—Al fondo del pasillo —dijo mientras revisaba algo en su armario.— necesitarás esto.

Salí de la habitación y fui a la sala a sacar ropa de mi maleta negra, después me dirigí a la puerta del final del pasillo, entré y cerré la puerta.

Me desvestí con paciencia y me metí a la ducha, segundos después empecé a sentir tibias gotas de agua sobre mi cabeza.

10 minutos después...

Agarré la toalla que estaba ahí y la puse al rededor de mi cintura, sequé mi cuerpo y me vestí en menos de cinco minutos; tiempo record ya que normalmente me demoro más de veinte minutos.

Salí del baño mientras secaba mi cabello con la toalla, fui a la habitación de Alejo y lo vi sonriendo mientras veía algo en su teléfono; obviamente que no estoy celoso.

"Sí lo estás, no seas estúpida"

Me acerqué a él y me senté al borde de la cama.

—Seguro tienes hambre —dijo él mientras se levantaba de la cama.— Vamos a desayunar algo afuera.

—Pero tú aún no te duchas —dije mientras peinaba mi cabello.

—Esperame cinco minutos que tomo una ducha rápida y salimos —dijo mientras salía de la habitación conla ropa con la que se iba a cambiar.

—Vale —dije y encendí mi teléfono, aún tenía 90% de batería ya que no lo usé en el viaje y lo mantuve apagado.

Empecé a ver algunos vídeos en Youtube hasta que salió Alejo, admito que vistió hermoso.

—Vamos —dijo después de peinarse.

Salimos del departamento y fuimos a un lugar no tan conocida por el Obelisco de Buenos Aires; era una pequeña cafetería.

—Pide lo que quieras, yo invito —dijo él con una sonrisa.

—Chama, no quiero incomodar —dije un poco nervioso.—Mejor yo pago lo mío.

—Dale, yo pago —dijo él haciendo un puchero.

—Vale pero a la próxima invito yo —dije con una sonrisa.

—Esta bien —dijo mientras tomaba mi mano.

Esta hombre me va a matar en un día de estos.

ibf; divalejoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora