vinte e quatro

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Narra Alejo:

Estaba en shock; sentía sus carnosos labios sobre los míos pero simplemente no podía reaccionar.

Sentí que se alejó de mi y agachó su cabeza, se estaba levantando de mi regazo pero hice que se sentara de nuevo.

—Yo... Sólo estoy en shock.—dije mientras acariciaba sus mejillas.

—Seguro ni te gustó.—dijo Pedro con la voz rota.

Levanté su cabeza y vi que habían lágrimas secas sobre sus mejillas y otras que seguían saliendo de sus ojos color café.

Saqué sus lágrimas y lo abracé.

—Me encantó.

Agarré su rostro entre mis manos y lo volví a besar, esta vez él me correspondió el beso; enredó sus brazos en mi cuello y yo enredé los míos en su cadera.

Me separé de él lentamente y sentí su suave respiración sobre mi cuello.

—Porque tú me mirás y yo, siento lo mismo que tú; cuando te miro siento que me estoy enamorando. Creo que tus ojos me estan hechizando; me tenés loco bebé y me tenés a tus pies. Me asombraste con lo lindo que te ves. Desde la primera vez que yo te vi, me enamoraste.

Él dió un beso en mi cuello y se separó de él.

—Eres el indicado, eres la persona que buscaba desde hace mucho tiempo. Te amo muchísimo, Alejo Igoa.

Me besó en las mejillas, después en la sien y al final en los labios.

Sus labios eran como una droga, era mi droga favorita.

ibf; divalejoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora