vinte e sete

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Narra Pedro:

Me separé lentamente de él, me bajé de él y sonreí.

—¿Ya desayunaste?

—Sí, pero por lo visto tú no. Aún queda café que preparé en la mañana.

Salimos del baño, él detrás de mí, y lo acompañé a la cocina; se sirvió café en una taza celeste y empezó a beberla en donde estaba.

—Dime... ¿Te gusta el pan?

—Se nota a kilómetros que estás aburrido de verme tomar café.

Dió el último sorbo de la taza y la lavó.

Se acercó a mí y me abrazó por los hombros.

—¿Quieres salir? No quiero que te aburras mientras estés aquí.

—No me aburro pero el único problema es que mis fans no saben que estoy aquí, a excepción de la chica de hace unos días.

—¿Entonces quieres quedarte aquí?

—¿Por qué no? Está lloviendo y sabes lo que me gusta hacer cuando hay lluvia.

—Estar abrigado y ver películas o series.

—Exacto.

Caminé hasta el sillón y me senté en este.

—Hey, ven aquí.

Alejo se acercó corriendo y se sentó encima mío, con cada una de sus piernas a mis costados.

Besó mis labios suavemente y admito que me encantó, tenían un sabor a café riquísimo.

Se levantó de mi regazo y recostó su cabeza en mi regazo con su cuerpo en lo que sobraba del sillón, eso solo podía significar una cosa: quiere mimos en la cabeza.

Él me dijo que siempre hace eso cuando va a casa de sus padres, especialmente con su hermanita Malena.

Empecé a tocar su cabello con mis dedos y empecé a moverlos, con mi otra mano pasaba suavemente mis dedos por su cuello.

—Esto es muy relajante.

Lo vi y tenía cerrado los ojos con una sonrisa de medio lado, amaba estar así con él.

ibf; divalejoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora