trinta e quatro

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Treinta minutos después...

Narra Alejo:

Escuché el timbre del departamento sonar; retiré el brazo de mi novio que estaba sobre mí y lo reemplacé con una almohada. Él ya estaba completamente dormido.

Me vestí con un pantalón de chadal negro que encontré en mi ropero, agarré mi billetera y salí a atender a la puerta.

—Aquí está su pedido.

Una linda chica morena con ojos cafés me entregó la caja que contenía la pizza y sonrió.

—Gracias.

—Son 242 pesos y sos muy lindo.

Saqué de mi billetera algunos billetes y unas cuantas monedas y se lo entregué a la chica.

—Listo y gracias.

—Y... ¿Tenés novia? Sos muy guapo.

Sonreí nervioso, si tan sólo ella supiera.

—Mmm... algo así.

—Si querés podemos salir juntos a pasear algún día, no estaría mal.

De pronto escucho unos pasos y unos brazos alrededor de mi cintura.

—¿Pasa algo cariño?

—Bebé, esperame adentro.

Ví a la chica y sonreí.

—Oh, ya entendí. Sean felices.

—Gracias.

Cerré la puerta y empecé a reír.

—¿Quién era ella?

—Intentaba coquetear hasta que viniste, gracias por salvarme.

Lo abracé y besé su cabeza.

—¿Querés comer?

—No tengo tanta hambre pero tú come, voy a dormir.

—Tampoco tengo hambre pero lo podemos guardar para comerla mañana.

—Esta bien.

Volvimos a la habitación, no sin antes guardar la pizza en la nevera y apagar todas la luces, y nos recostamos entre las sábanas de la cama.

Pedro me volvió a abrazar y yo a él.

—Buenas noches, te amo muchísimo.

Besé sus labios suavemente y me separé de él, lo vi a la luz de la luna y unas cuantas luces de la calle.

—Te amo muchísimo, buenas noches.

Acaricié su cabello hasta que escuché suspiros salieron de su boca.

Sonreí y cerré los ojos, finalmente me dormí.

ibf; divalejoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora