trinta e um

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Narra Pedro:

Yo no soy estúpido, lo ví con ese chico y no me iba a quedar como si no hubiera visto nada; no lo iba a espiar por la ventana pero vi las fotos del chico ya que lo sigo por Twitter.

Lo agarré lo más fuerte que pude de su franela e hice que entrara al departamento.

—¿Estás molesto o qué pasa?

Se acercó a mí con la intención de besar mi mejilla pero lo aparté de mí.

—¿Quién es ese chico?

—¿Cuál chico?

—No te hagas la loca, el que te acabas de encontrar.

Desbloqueé mi teléfono y le mostré las fotos.

—¡Lucas! Sólo es un fan, ni que le hubiera pedido su número de teléfono.

—La perra en celo.

—Sabés que sólo te amo a vos, a mis igoístas y a mi familia. Sos muy celoso.

—Lo siento es que... tengo malas experiencias en el amor.

Agaché mi cabeza al recordar todo lo que había pasado hace un par de años.

Alejo me levantó del mentón y me abrazó, me siento protegido con él.

—Nunca te haría daño, te amo muchísimo.

Estuvimos un tiempo abrazados y me separé de él.

—No creas que me he olvidado de la apuesta...

—Aquí está lo que te traje.

Sacó de una bolsa blanca un pan, solo un pan.

—¿Me estás jodiendo?

Él sólo empezó a reír como loco, lo voy a matar.

Fuí a la sala, agarré un cojín del sofá y regresé a donde estaba él; empecé a pegarle con el cojín.

—¡Pará!

Paré y lo ví, tenía la cara toda roja y no paraba de reírse. Creo que si sigue riéndose así se va a orinar ahí mismo.

—Eres un pesado.

Cojí el pan y empecé a comerlo en trozos pequeños mientras lo veía a él riéndose.

Terminé el pan y me acerqué a él.

—Alejo, para ya.

Él seguía riéndose a más no poder, esto ya me estaba cansando.

Me acerqué a él y lo besé, lo que provocó que él dejara de reírse.

Me siguió el beso y me cargó hasta sentarme en la barra de la cocina, él estaba entre mis piernas.

Me separé de él y empecé a hablar.

—¿Ya te tranquilizaste?

—Aún me da risa pero quiero seguir con tus labios encima de los míos.

ibf; divalejoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora