quarenta e oito

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Narra Pedro:

Mañana volvía a mi país y siento que estas dos semanas han pasado súper rápido.

Lo único bueno es que hoy sería la sorpresa, sinceramente no puedo esperar para dársela.

Salí de la habitación hasta el pequeño balcón que hay en la sala y salí, ahí estaba Alejo mirando al cielo.

Caminé hacia su lado y miré en la misma dirección.

—¿En que piensas?

—No estaba pensando, sólo me había dado un poco de sueño y me estaba durmiendo.

—Alejo Igoa cagando momentos románticos desde 1996.

Rió y me levantó, enredé mis piernas en su cintura y coloqué mi rostro en su cuello.

—No quiero que te vayas mañana, te voy a extrañar mucho.

—Yo igual. Chamo algún día irás a Venezuela o yo vendré nuevamente a Argentina.

—¿Me prometes que haremos videollamadas todos los días?

—Todos los días posibles.

—¿Me lo prometes?

—Te lo prometo amor.

Dejé un pequeño beso en su cuello y volví a colocar mi rostro mientras cerraba los ojos.

Nos quedamos en silencio mientras seguíamos abrazados, no me cansaré nunca de esto.

ibf; divalejoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora