ibf; divalejo

trinta e dois

Narra Alejo:

Lo agarré del cuello, acercándolo más a mí, e intensifiqué el beso.

Gimió y aproveché para meter mi lengua a su boca, hubo una pequeña pelea entre estas y nos separamos lentamente.

—¿Quieres salir? Ya terminó de llover y me gusta el ambiente.

—Vale pero vístete con algo diferente ya que estás con poca ropa y arreglá tu cabello.

—Espérame diez minutos.

Lo vi a él yendo a mi habitación y cerró la puerta; fui a la sala y me senté en uno de los sillones, saqué mi teléfono y esperé hasta que él saliera.

Diez minutos después...

Escuché la puerta abrirse y lo vi a él en unos jeans apretados, unas botas negras y una polera que decía "we are goals".

Me acerqué a él y le tendí una mano, la agarró y le dí una vuelta.

—Estas hermoso.

—Gracias bebito.

Acomodé mi cabello, agarré una polera azul que encontré en la sala y salimos del departamento, no sin antes agarrar el paraguas porque tenía presentimiento de que iba a llover nuevamente.

Salimos del edificio y caminamos hacia la izquierda para salir a la avenida más cercana.

Muchas horas más tarde...

Nos sentamos en un banco de una plaza que encontramos, no recuerdo el nombre, y seguimos disfrutando del algodón de azúcar azul bajo el paraguas que, por suerte, nos cubría a los dos.

—¿No tenés frío?

—Un poco pero es soportable.

—Ya es un poco tarde, va a oscurecer en unos minutos. ¿Querés volver a casa?

—Tienes frío, ¿No?

—Sí.

Sentí unos brazos alrededor mío y sentí su calor.

—Estás caliente, ¿No tienes calor?

—No, siempre estoy caliente cuando hace frío.

—Eso se escucho mal...

—¡Alejo!

Los dos reímos y nos paramos del banco, ya estaba oscureciendo.

—¡Mira! Un charco de agua.

Él corrió y saltó encima de este haciendo que salpicara mi ropa.

—¡Pedro, veni aquí!

Él empezó a correr pero lo logré atrapar a sus espaldas.

—Pequeño travieso.

Empezamos a reír nuevamente y empezamos a caminar de la mano en dirección a mi hogar.