¡Hey, Sehun! [Oh Sehun]

Veinticinco.

Editado.

Hoy era el día. Sehun vendría a cenar hoy, en minutos, para ser exacta.

Acomodé mi vestido frente al espejo una vez más, mi madre me había obligado a usarlo. Pero no iba a quejarme, me quedaba bien. Revisé mi maquillaje, nada exagerado, jugué con mis aretes y me sonreí a mí misma.

El timbre sonó y corrí escaleras abajo. Encontré a mi padre mirándome desafiante desde la puerta de la cocina, sabía que él quería abrir, pero no lo permitiría.

Corrí a la puerta y gané la carrera, mi papá me miró enfadado y supe que se vengaría luego.

—Hola. —sonreí, nerviosa, al abrir la puerta.

—¿Cómo éstas, Sookie? —Sehun me abrazó. Se me hizo extraño que no me besara, pero seguro era porque estaba nervioso.

—Genial —dije y me hice a un lado —. Pasa.

Miré adentro una vez que Sehun había pasado, ni rastro de mi padre.

Suspiré de alivio.

—Mi padre no tardará en aparecer —susurré en su oído —. Ten cuidado.

—HeeSook, es tu padre —rió —. No seas exagerada, cariño.

Lo fulminé con la mirada, no estaba siendo exagerada. Lo entendería cuando lo vea.

—Así que tu debes ser Sehun...

Oh no.

Mi padre estaba recargado en la puerta de la cocina, viendo a Sehun, serio. Mi novio se puso derecho rápidamente y aclaró su garganta antes de hablar.

—Sí, señor. Soy Oh Sehun, encantado de conocerlo. —habló, y se acerco a mi padre, extendiendo su mano en forma de saludo.

Mi padre miró la mano de Sehun, y la bajó.

—Bienvenido a la familia —lo abrazó sorpresivamente —. Solo estaba jugando, ponte cómodo.

Sehun rió y asintió, parecía a gusto con mi padre.

—Tu papá me agrada. —comentó, sentándose en el sofá.

—¿Ahora me dejarás por él? —pregunté, bromeando.

—Sí —mi papá volvió a salir de la cocina —. Ven, vámonos, Sehun.

Ambos reímos. Mi madre nos llamó a comer.

Sehun tomó asiento a mi lado, frente a mi madre.

—Hoy, gracias a la insistencia del señor —mi mamá señalo a mi papá —, comeremos pizza.

—Seguramente te guste la pizza, Sehun, ¿a quién no le gusta la pizza? —sonrió mi papá.

(...)

La cena había acabado. He de decir que Sehun lo hizo muy bien, es más, mis padres hasta me dejaron de lado

Ahora, ambos, estábamos en el jardín.

Pasé mi manos por su torso, abrazándolo. No acostumbro a hacer estas cosas.

—¿Lo hice bien? —preguntó, dejando su mentón en mi cabeza.

No soy baja, pero él es un maldito gigante.

—Genial —le respondí —. Mis papás te adoran.

Pude escucharlo reír. Cerré mis ojos, tenía sueño, y eso que había dormido una siesta de dos horas y media.

—¿HeeSook? —me llamó.

—¿Si?

—Te quiero. —dijo.