¡Hey, Sehun! [Oh Sehun]

Treinta.

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En shock. Así estaba.

A ver si entiendo bien; Sehun me ha engañado, luego quiso hablar conmigo y yo me sentí mal porque pensé que iba a disculparse, pero en vez de eso terminó conmigo, diciendo que había encontrado a otra y ahora Baekhyun está en el piso de abajo buscando pañuelos.

—Era el último —mi amigo entro por la puerta, señalando el paquete de pañuelos vacío —. El papel higiénico irritará tu nariz y lucirás como un payaso, así que toma.

Vi como me daba un trapo de la cocina. Bufé, tomándolo, después de todo debía sonarme la nariz igual.

(...)

—Vas a entrar por esa puerta —comenzó Baekhyun, pero fue interrumpido por Chanyeol, quien estaba a su lado.

—No creo que vaya a entrar por la ventana. —rodó sus ojos, Baek lo miró enfadado.

Si ya de por sí estar en la escuela es horrible, ahora es peor. Un castigo diabólico.

No quería entrar, no quería estar ahí por horas, ni mucho menos encontrarme con los innombrables. Sí, así les diré, por más infantil que sonara. Aunque al menos tenía apoyo en Chanyeol o Baekhyun, ahora eramos solo nosotros tres, como desde un principio.

—Cállate, Chanyeol, toda tu vida diciendo estupideces ¿y justo ahora debes decir algo inteligente? —lo regañó Baekhyun, haciendo que bajara su cabeza.

A todo esto seguía seria, cosa rara. No quería acostumbrarme, pero mi humor no era bueno. Odiaba sentirme así pero más odiaba que los demás me vieran así, se suponía que yo era feliz y que ayudaba a los demás pero ahora, en este estado, no podría hacerlo y eso no me gustaba.

—Lo siento. —murmuró Channie.

—Lo que sea, como decía —siguió Baek y puso su mano en mi hombro —, entrarás por esa puerta y le demostrarás a ese estúpido que estás completamente bien.

Lo miré confundida.

—Pero no estoy bien. —dije.

—Sí, lo sé. Créeme que se nota —me dijo —, pero no creo que quieras andar como un fantasma todo el día.

—¿Por qué no? —pregunté —. Quiero hacer eso.

Vi a mi amigo suspirar, para luego mirarme y sonreír.

—Bien, si eso quieres, te apoyaremos. —asintió.

—Te mantendremos alejada del mapache. —sonrió Chanyeol.

Él le había puesto así a Sehun desde que le conté lo que había ocurrido, ya que odiaba a los mapaches. Larga y traumante historia, no pregunten.

Asentí y mi mochila en mi hombro, debía entrar en algún momento y se hacía tarde.

(...)

Caminaba sola por el pasillo, no había encontrado a ninguno de mis amigos, pero sabía que estarían en la cafetería. Así que iba hacia allí.

Pasé por un par de casilleros, hasta doblar y llegar a otro pasillo, gran error.

Las dos personas que no quería ver estaban justo allí. Había olvidado que aquí estaba el casillero de Sehun. Hablando de él, se encontraba recargado sobre su brazo en la pared, mientras a miraba a JongHoon, quien sonreía. Sehun estaba serio.

Recordé la vez en la que él le había pagado a HyeMin para que me sacaran de la clase, el momento en el que estábamos en esa posición y yo obviamente no podía salir. Auch.