Capítulo 27

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No podía creerlo. Era algo no asimilable. ¿Cómo un chico de 16 años podía pasar la noche con su familia en un zoológico? Sin pensarlo dos veces, dedujo que su novio era la persona más valiente que había conocido en su vida.

El moreno tenía la mirada clavada en el suelo, ________ acarició su mejilla color chocolate, y con su otra mano tomó la de él, demostrándole con ese acto algo de seguridad, que era algo que en verdad necesitaba el muchacho.

—No —dijo soltándose del agarre de ________

—¿Qué ocurre?

—No me mereces. Tú debes estar con alguien millonario y no con una basura como yo. Mereces a un tipo con un auto, una mansión y un celular último modelo; no a un chofer de bus —comenzó a llorar

—No seas tonto —ella lo abrazó—. Si me dieran a escoger entre una fortuna o tú, mil veces te escogería a ti

—¿Por qué?

—Porque eres el tesoro más valioso de mi vida

Bruno no dijo nada, la miró y una sonrisa se formó en su rostro. Saltó sobre ella y la abrazó con todas sus fuerzas, mientras hundía su cabeza en el cuello de la castaña.

—Te amo muchísimo, no sé qué hice para merecerte

—Yo te amo más —dijo soltando una risita—. Bruno, ¿no te gustaría... uh... vivir conmigo?

Los ojos de Bruno se iluminaron, era una idea increíble, primero: no tendría que pasar malas noches por escuchar el sonido de los animales, dos: dormiría cómodo y con ella, tres: comería bien y cuatro: no tendría que ver a su... padre. Su padre. Él era el problema. Al recordarlo, su felicidad se apagó y su mirada volvió a ser triste como hace unos segundos atrás.

—No puedo

—¿Por qué?

—Por mi padre

Porque te odia.

—Podría hablar con él

¡Que te odia! ¡¿No entendiste?!

—No mujer, no va a querer. Últimamente tiene unos horribles cambios de humor. Por eso tengo el labio roto y mi ojo morado

—Habla con él cuando esté de buen genio

—Sí eso haré

***

—Hasta que al fin llegas, jovencito —dijo Peter mirando a Bruno

—No estoy de humor, ¿ok? No me molestes —dijo sentándose al lado de Tiara, en su hermoso comedor: el suelo—. ¿Qué hay de comer?

—Tu hermano cazó un par de ratas —Peter sacó una rata de un tazón y se la aventó a Bruno, quien miró con asco al animal

—Que asco, no voy a comer esto

—Todos lo hicimos, Bruno, así que si no quieres, la puedo guardar para que tus hermanos se la coman en la noche

—¿No puede ser ahora? —todos dirigieron su mirada a Presley—. Perdón, es que... últimamente he tenido mucha hambre

Bruno levantó las cejas mientras los malos pensamientos llegaban a su mente.

—Cómetela, Presley. Yo me voy —el moreno se levantó

—¿A dónde crees que vas?

—A trabajar. No me voy a quedar cruzado de brazos como tú cuando estamos viviendo así, viejo tonto —dicho esto salió corriendo antes de que su padre le diera otra golpiza

Entre mis garras (Bruno Mars)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora