Capítulo 5

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El miedo se apoderó de su cuerpo. No podía articular palabra alguna.

—¿Pubertos? ¿Nos acaban de llamar pubertos? —preguntó Kameron mirando atentamente el papel

—Va a venir —susurró Bruno—. Viene por mí

—Sí, pues es una gran oportunidad para que acabes con él

—No sé si pueda hacerlo, John

—Ah por favor Brunz, eres un alfa. Tú puedes con él

—Tengo miedo

—Todos sentimos miedo alguna vez, Bru

—¿Y si huimos? —preguntó Phil con cierto temor en su voz

—Nos encontrará de igual forma —dijo Bruno—. Es Caleb, nada es imposible para él

Todos entraron a la casa de Kameron, Bruno no dejaba de morderse las uñas, estaba muy nervioso.

Debería huir. Pensó.

En medio de sus pensamientos se dio cuenta de que ya eran las 17:25pm.

—Sólo cinco minutos —dijo Phil, él también tenía miedo, puesto que él no tenía poderes de lobo para defenderse ni menos la habilidad de sanar

—Chicos —Bruno rompió el silencio—. Por favor, cuídense, no quiero perder a ninguno de ustedes —dicho esto, el alfa corrió a la puerta y salió corriendo de ahí

—¡Bruno, ¿a dónde vas?! —escuchó el grito de Phil, pero lo ignoró por completo, él continuó corriendo desesperadamente, perdiéndose en el bosque

Ya había corrido varios metros, se sentía agotado, así que decidió descansar en una roca que estaba cerca de una laguna.

Miró su reloj, este marcaba las 17:38pm, de seguro Caleb ya había llegado a la casa de Kameron.

Cubrió su rostro y soltó un fuerte suspiro. Miró la laguna y recordó el día en el que había huido de Caleb después de que mató a su madre, aquel día había saltado al agua sin saber nadar, era tan pequeño, tan indefenso. Había tardado semanas en encontrar a su familia en Hawai'i. Fueron días difíciles para él.

Sin darse cuenta ya estaba llorando, odiaba recordar lo que pasó aquella noche; era injusto, apenas tenía dos años y había perdido a su madre.

La rabia se apoderó de su cuerpo, sus orejas, garras y colmillos comenzaron a crecer, un montón de pelaje creció en sus mejillas y su cara se transformó como la de un animal. Dio media vuelta y comenzó a correr hacia la casa de su amigo. Ya no quería huir, debía matar a Caleb de una vez por todas, debía vengar la muerte de su madre.

Corrió y corrió, no le importaba que las ramas de los árboles lo golpearan o le rasgaran su camiseta, tenía que llegar a la casa de Kameron y proteger a sus amigos. Llegó y trepó hasta llegar al techo de vidrio de aquella casa y poder observar lo que sucedía.
Ahí estaban, todos sus amigos peleando contra los cazadores, esquivando las balas y demás. Kameron y Eric intentaban atacar a Caleb. El cazador golpeó con su escopeta a Kameron y lo mandó volando por lejos.

—¡¿Dónde está Bruno?! —gritó Caleb apuntando a todos los hombres lobo—. ¡Díganme dónde está o los mataré a todos!

—¡Ya te lo dije! —gritó Eric—. ¡Él huyó!

De pronto, Caleb apretó el gatillo y disparó a Eric en la pierna, provocando que se retorciera en el suelo soltando un gran rugido.
La rabia de Bruno llegó a su límite; golpeó con todas sus fuerzas el vidrio e hizo que este se rompiera. Cayó al suelo y rugió fuertemente.

Entre mis garras (Bruno Mars)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora