Capítulo 52

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Bruno lucía enojado, ________ sentía que se orinaría en ese preciso momento si no iba al baño. El moreno continuaba avanzado, lo que hizo que _________ retrocediera y cayera al suelo por no mirar hacia dónde caminaba.

—Qué grocera eres, con un hola Bruno, cuánto tiempo, me conformaba —dijo cruzándose de brazos

—Bruno... —sollozó—. No, no, no, no. ¿Qué te hicieron?

—¡¿Qué más parece?! —dijo Bruno después de soltar un rugido—. ¡Mira, soy un hermoso conejito!

No se lo podía creer, estaba presenciando a su novio, convertido en su peor enemigo. Sabía que él se comportaba así por la luna llena, pero él no tenía la culpa, de seguro uno de los lobos de aquella manada de alfas lo había mordido.

—Bruno, bebé, vayamos a casa. Ya estás a salvo

Bruno gruñó nuevamente.

—¡Cállate! —le gritó—. ¡Con solo escuchar tu voz me estreso! ¡Con solo mirar tu rostro me dan ganas de vomitar! ¡Me das asco, asesina!

Sentía que se formaba un gran nudo en su garganta, la habían dicho cosas horribles un montón de veces, pero ninguna de esas había dolido tanto como lo que le acaba de decir Bruno.

—¿Qué? —fue lo único que logró articular, ya que ni siquiera sabía qué decirle ante semejante cosa

—¡Ya lo oíste humana! ¡Hazme un maldito favor y lárgate de aquí!

—Bruno, ¿qué te pasa? ¿Por qué me dices eso? —las lágrimas no cesaban

—¿Por qué? —preguntó y le dio la espalda, caminó hasta una mesa y se apoyó en esta—. Por el simple hecho de que eres hija de Caleb

—¿Qué tiene que ver mi padre con todo esto?

—Ah, no lo sabes, ¿verdad? —giró sobre sus talones y la miró—. No sabes quién lo asesinó

—¡No, no lo sé! —las iras de ______ aumentaban con cada segundo—. ¡Y cállate! ¡Tú bien sabes que odio tocar ese tema!

Bruno sonrió y se acercó a ella. La luna ya estaba completamente despejada, por lo que la cara del moreno comenzaba a parecerse a la de un animal, y eso aterraba a ________. Bruno tomó uno de los mechones del cabello de la castaña y comenzó a jugar con él, envolviéndolo entre sus enormes garras negras. La muchacha se encogió por el miedo que tenía.

—No te voy a hacer daño, tranquila —le dijo sonriendo—. No mataré a otro Tate

Los labios de _______ tomaron la forma de una O. Quería llorar hasta deshidratarse, deseaba con todo su ser que todo lo que estaba pasando fuera un sueño.

Pero no lo era.

—¿Q-qué has dicho? —preguntó con un pequeñísimo hilo de voz

—Que no quiero matar a otro Tate, y, ¿por qué? Porque ya los maté a todos. Incluso a tu querido padre, yo me encargué de que su cuello estuviera rebanado en mil pedazos, mis propias garras mataron a cada integrante de tu familia, solamente faltaste tú

No se contuvo más, con todas las fuerzas que tenía, pateó sus partes íntimas, haciendo que este soltara un gran rugido por el dolor y lo mirara enojado con sus ojos rojos.

—¿Estás enojada? —le preguntó cínicamente y ella se lanzó contra él, haciéndolo caer al piso y comenzando a golpearlo

Entre mis garras (Bruno Mars)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora