Cuarenta y cuatro.

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Dejé mi teléfono sobré de mi mesita de noche y me paré de la cama para cepillarme los dientes. Después de que me puse la pijama me fui a dormir, seguía teniendo mucho sueño, ¿tal vez era por el frío? Había vivido la mayor parte de mi vida en Londres y nunca me había logrado acostumbrar al frío, era muy friolenta, por eso casi no salía de mi casa cuando nevaba y también por que podía pescar un resfriado.

-Huesos, despierta. -Escuché la voz femenina de alguien quién me movía de un lado a otro.

-¿Huesos? -Pregunté aún adormilada. Tenía un pequeño dolor de garganta, por lo tanto mi voz estaba ronca.

-Sí, estás muy flaca. Baja para prepararte un té calientito. -Refunfuñé. Hacia demasiado frío como para levantarme de mi cama. -¿No me lo puedes traer, por favor? -Le hice ojitos. Bizcos, de seguro, por que la luz me cegaba.

-Está bien. ¿No quieres que te traiga algo más?

-A Luke Hemmings. -Dije con una vocecita tierna.

-Luke salió con tu madre y Bridgit. -Me paré de golpe de la cama. Sentía un poco de celos que fuera con mi hermana, conociéndola.

-¿De verdad?

-Sí. Ya no han de tardar. -Me tumbé a la cama de nuevo.

-Bien. Entonces sólo el té.. De manzanilla, con mucha azúcar, por favor.

-Enseguida, pequeña. -Sonrió y se marchó de mi habitación cerrando la puerta.

Me acurruqué en mi cama haciéndome bolita y cubriéndome más con las mantas. Tomé mi móvil de la mesita para ver todos los mensajes que me había enviado Ashton. Uno tenía una carita triste, me lo había enviado por la noche y otro decía "¡Mira mi sombrero!" más una foto de él con un sombrero de granjero.

Lo único que le respondí fue un "Conozco una granja donde puedes cultivar maíz". También tenía un mensaje de Demi, que no había notado hasta después de que le contesté a Ashton. Solamente decía "¿Salimos el viernes?" y le contesté un "Sí". Era divertido pasar tiempo con Demi. Volví a dejar mi teléfono donde se encontraba al principio y del cajón saqué un libro con el nombre "Hush, Hush". Había comenzado a leerlo hace un mes atrás pero no lo había seguido desde entonces.

Iba por el capítulo cincuenta cuando escucho la alarma de un auto. Supuse que ya habían llegado. me paré de la cama corriendo y fui hasta el baño a cepillarme los dientes, luego volví lanzándome a mi cama. Seguí leyendo mi libro y escuché dos toques a mi puerta, sabía quién era.

Me paré la cama y me puse las pantuflas para después caminar hasta la puerta.
Abrí y ahí estaba Luke, con un GRAN pingüino de felpa, era adorable.
Sonrió y sacó la mano que tenía detrás de la espalda, en la cual, tenía un ramo de hermosos girasoles, a simple vista pude notar que eran más de cincuenta.

-Para la novia más hermosa del mundo. -Sonreí ampliamente y me lancé a sus brazos. Segundos después me separé y él me entregó el pingüino más los girasoles.

-Cada día te amo más y más, bobo. -Me acerqué a él dándole un beso pequeño.

-Yo ya te amo como a nadie. -Sonrió mostrando su bella sonrisa. Lo dejé pasar a mi habitación y cerré la puerta.

-¿Dónde conseguiste un pingüino tan grande? ¿cómo sabías que el pingüino es uno de mis animales favoritos? ¿cómo sabes que amo los girasoles?

-En una tienda que me dijo Julie. Es mi animal favorito también y siempre te veo con blusas que contenga un girasol. -Volvió a esbozar una sonrisa. Me aventé hacia él abrazándolo por el cuello. Me tumbé encima de él y comenzamos a besarnos.

Be Your Everything. «Luke Hemmings»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora