Sesenta.

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Dos semanas después.

Hoy era el gran día de Bridgit. La boda sería enorme puesto que tanto nuestra familia como la de George eran de familias grandes.

Eran las ocho de la mañana y me habían levantado para que me arreglaran, corrección, nos levantaron, ya que Luke también tenía que arreglarse. Bridgit había pedido que contrataran a varias estilistas para que arreglaran a todos.

Luke y mi padre estaban en una habitación siendo arreglados, mientras que Julie, Bridgit y yo estábamos en el mi habitación siendo arregladas ya que en mi habitación había un gran espejo.

Yo observaba a Bridgit a través del espejo, ella estaba completamente nerviosa; Verla así sólo me ponía a pensar, sí algún día me casara con Luke probablemente estaría el doble o triple de nerviosa a lo que está ella. Reí ante mis pensamientos. Ella notó que la estaba mirando y me sonrió tiernamente.
Me miré al espejo y me habían maquillado demasiado.

-Cierra los ojos. -Me ordenó la estilista quién traía las pestañas postizas en la mano. Hice lo que me dijo y ella las colocó. Después abrí los ojos y mis ojos lucían relativamente grandes; mis ojos no eran chicos, pero tampoco tan grandes.

Mi peinado ya lo habían realizado una hora antes, por lo tanto ya estaba lista. Me levanté de la silla y agradecí a la estilista.

-_____. -Habló Bridgit. La miré.

-¿Qué pasa?

-Tu vestido, está en mi cama.

-Está bien. -Contesté. No estaba emocionada por verlo por que sabía, yo sabía que iba a ser el vestido más feo del mundo. Fui hasta su habitación y pude notar un vestido color lila, un lila de tono claro. Me acerqué para verlo mejor y me sorprendí al notar que el vestido era actualmente hermoso, simple pero hermoso, aunque muy corto.

Cerré la puerta de la habitación con seguro y tomé el vestido. Me desvestí y me lo probé, me miré en el espejo y me emocioné al ver que lucía verdaderamente hermoso puesto.

-Bridgit no es tan mala después de todo. -Dije mientras me miraba contenta en el espejo-. Ahora sólo faltan los tacones. -Hablé para mi misma y salí de la habitación dirigiéndome a la mía. Entré y al momento Bridgit y Julie me miraron boquiabiertas.

-¡_____, luces hermosa! -Dijo eufórica Julie y le sonreí.

-¡YO SABÍA QUE ESE VESTIDO TE IBA A QUEDAR PERFECTO, LO SABÍA! -Gritó con una sonrisa en su rostro. Le sonreí a ambas.

-Gracias Julie, gracias Bridgit. ¿Cuáles tacones me pondré? -Pregunté dirigiéndome a Bridgit.

-¡Es cierto! -Ella me miraba por el espejo ya que no podía voltear a mirarme debido a que la estaban peinando-. Hay una caja negra debajo de mi cama, ahí están los zapatos que usarás con ese vestido.

-De acuerdo, iré a ponérmelos. -Dije y me di la vuelta para ir hasta la habitación de Bridgit, ya ahí me encuclillé y saqué la caja de zapatos de debajo de la cama de Bridgit. Abrí la caja y eran unos hermosos zapatos de tacón blancos que para mi buena suerte no eran tan altos.

Salí de la habitación de Bridgit para volver a ir a la mía y fui por unos accesorios.

-Iré a abajo. -Terminé de ponerme bien un arete y salí de la habitación, bajé hasta la cocina y Beth estaba ahí de espaldas-. ¡Beth! -Ella giró y me miró boquiabierta, después cubrió su boca con sus manos.

-¡______, luces bellísima! Hace años que no te veía así de arreglada. -Me sonrió de oreja a oreja-. Te ves muy linda, Luke babeará. -Reí.

-Muchas gracias, Beth. -Le sonreí.

Be Your Everything. «Luke Hemmings»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora